Él, mi profesor.

Capítulo 13

Estaba leyendo un libro en mi habitación, tenía la cortina subida y de vez en cuando levantaba la vista hacia la ventana para ver si aparecía Rubén, pero no había rastro de él.
Al rato, ví algo de movimiento en su casa, estaba con otro hombre más o menos de su edad, más alto que él, moreno con los ojos marrones, y con barba de un par de días.
Al chico se le veía triste y enfadado con Rubén, pero no lograba escuchar lo que estaban hablando, lo único que escuché fue cuando el chico se levantó y le gritó.

-¡Hasta nunca, no me hables más!- y tras esas palabras se marchó, dejando a Rubén solo en su casa, parecía confundido y un poco estresado.
Me daba pena, nunca le había visto así, y yo seguía sin entender quién era esa persona y que le habría hecho Rubén para que estuviese así.

Me planteé la idea de ir a su casa, pero preferí dejarle tranquilo, además, sería bastante extraño que me plantase en la puerta de su casa después de todo lo que había pasado.

La notificación que llegó a mi móvil me hizo salír de mis pensamientos, era un mensaje de Martina.

-Holaa, ¿vas a salir con nosotros hoy?
-¿Quiénes salís?
-Ángel, Isabel y yo.- me apetecía verlos la verdad, así lograba olvidar un rato todo lo que tenía en la cabeza.
-Claro, nos vemos a las 19:30 en la plaza.
-Venga, allí nos vemos. 

Me despedí de ella y empezé a arreglarme ya que eran las 19:00, y yo estaba con la ropa de esta mañana.
Decidí ponerme una sudadera gris, unos vaqueros y unas zapatillas blancas, me plaché el pelo y salí de casa.

Para mi sorpresa, Rubén salió a la vez que yo, no se a donde iría, solo me saludó sonriéndome, pero se le veía confuso, preferí bajar por las escaleras, y como siempre, le esperé sujentando la puerta para dejarle pasar.

Iba en la misma dirección que yo, pero cuando yo paré en la plaza él siguió hacia abajo, no se a dónde iría.
Sé que no es asunto mío, pero no puedo evitar preocuparme.