Él, mi profesor.

Capítulo 6

Era la primera vez que no conseguía concentrarme en su clase, no paraba de pensar en enseñarle el texto. Antes de entrar en clase le comenté la idea a mis amigos, los cuales me aconsejaron que ni se me ocurriese hacerlo, pero las ganas me podían.

-Katie ¿estás bien?- me preguntó Rubén sobresaltandome.
-Ehh si, si estoy bien- contesté bastante nerviosa bajo la mirada interrogante de Rubén, ¿tanto se me notaba que me pasaba algo?

Terminamos la clase antes de lo previsto, y yo estaba decidida: iba a enseñarle el texto. Suspiré, cogí el móvil y lo metí en mi bolsillo. Mis amigos se habían dado cuenta de mis intenciones e intentaron pararme, pero no les hice caso, y antes de que Rubén se fuese me dirigí hacia su mesa.

-Profe, ¿podemos hablar un momento?
-Claro, ¿prefieres aquí dentro o fuera?
- Fuera mejor.

Mientras íbamos caminando hacia la puerta me iba arrepintiendo de lo que estaba haciendo, pero yo no podía volver atrás. Rubén cerró la puerta, estábamos solos en el pasillo.

- Dime, ¿Que pasa?
- Es que, quiero que leas una cosa- lo dije mientras sacaba el móvil del bolsillo y buscaba el texto, sentía que se me iba a salir el corazón del pecho.
Le dí el texto y comenzó a leer, no me lo podía creer, ¿qué estoy haciendo? ¿esto es real? No era capaz de mirarle mientras leía, no quería ver su cara, pero no pude resistirme, y por un instante le miré, parecía muy concentrado leyendo, incluso tenía el ceño fruncido.

-Esto, ¿lo has escrito tu?- preguntó, con su sonrisa pícara.
-Eh, si- contesté agobiada, quería salir corriendo de allí.
-¿Y para quién es? ¿Para mi?- me quedé paralizada cuando dijo eso, por suerte justo salió un chico de clase y le preguntó algo a Rubén, eso me dió tiempo para calmarme un poco y tomar un respiro.
Volvió a girarse hacia mi.

-¿Para quién es?- volvió a preguntar.
-Para ti- no se cómo logré que salieran palabras de mi boca, me sentía débil, tenía miedo de la respuesta.

-A ver, la verdad es que esto es muy bonito y creativo, se nota que eres una chica inteligente, siempre lo he notado, y la verdad siempre has despertado mi curiosidad, pero ten en cuenta que yo no puedo darte lo que quieres, y tampoco quiero que tengas miedo de hablarme, si algo te preocupa o simplemente tienes dudas de algo puedes contar conmigo.

Obviamente yo ya sabía que la respuesta iba a ser que no, pero me emocionó mucho lo que me dijo, habla tan bien.

-Bueno, tengo que irme ya, gracias cariño- tras esas palabras se fue, dejándome sola en el pasillo, sin fuerza, la había agotado completamente.

Entré a clase y mis amigos se tiraron encima mía preguntandome muy preocupados que qué había pasado y que si yo estaba bien.
Les conté todo y ellos me apoyaron, pero lo único que quería era sentarme y olvidarme de lo que acababa de pasar, estaba demasiado agobiada.