El Mundo Donde Las Rosas Florecen | Mo Dao Zu Shi | [XiCheng] [Pausada]

Capítulo 7: El Camino Hacia La Recuperación

—Necesitas acercarte.

—...

— ¿Cómo podré perfumarte de otra manera?

Le dirige una mirada tórrida y el omega en cuestión cruza los brazos sobre el pecho, con los labios apretados y el ceño fruncido. Lan Huan levanta la mano para cubrirse la boca y resiste el impulso de reírse. Hace un gesto para que el otro hombre se acerque, solo para que el ceño se profundice.

Sin embargo, Lan Huan pudo ver el rubor que se arrastraba por el cuello. Él sonríe, empeñado por el comportamiento de Jiang Wanyin. El hombre más joven se acerca unos centímetros, sus ojos cautelosos y su cuerpo tenso. Las dos manos de Lan Huan se enganchan en las muñecas delgadas. Tiró del otro más cerca, sentándose en la cama con él, asegurándose de que estaban uno frente al otro.

— ¿Teníamos que hacer esto aquí?

— ¿Prefieres ser visto conmigo en tu cuello?— Lan Huan levanta una ceja, divertido cuando Jiang Wanyin resopla, cruzando los brazos sobre el pecho.

— ¡No! ¿Pero en tu habitación?

—Técnicamente, es tuya, ya que soy un invitado.

—Hmmph.

Lan Huan sonríe tranquilo, acariciando la mano de Jiang Wanyin. —No te preocupes demasiado por eso, terminará antes de que te des cuenta— Los labios de Jiang Wanyin todavía están cerrados pero Lan Huan logra captar el parpadeo de... ¿decepción? Curioso, mira fijamente el rostro expresivo pero desaparece en una fracción de segundo, regresando el ceño fruncido habitual.

— ¿Cómo... cómo vamos a hacer esto?— Lan Huan ve la incertidumbre en los ojos tormentosos, la contracción nerviosa de esos dedos.

Correcto, lo había olvidado. Jiang Wanyin era nuevo en esto. Se sorprendería si el otro supiera cómo se supone que es el aroma. A pesar de todo el gruñido, Lan Huan pudo ver las emociones en conflicto que el otro hombre estaba tratando de ocultar. Molesto. Tenía que ser paciente y gentil, haciendo que esta experiencia fuera buena.

Lan Huan se acerca un poco más, manteniendo el aliento. Jiang Wanyin olía celestial, las flores de loto y la lluvia arrullaban su corazón en un tono rítmico. Parpadea, antes de poner su mano sobre los fuertes hombros. A medida que se acerca, se podían ver pequeñas pecas que salpican la afilada nariz del omega. También ve que el rubor se vuelve más prominente y el otro evita firmemente su mirada.

Mientras su mano se arrastra hacia el cuello del omega, podía sentir la piel debajo de su mano calentarse, sentir el pequeño estremecimiento que era casi imperceptible. Ahora estaba apoyado en el cuello de Jiang Wanyin, con una mano al otro lado del cuello delgado y otra mano rozando un hombro.

Podía ver la piel de gallina en el cuello bañado por el sol, junto con un cambio dulce en el aroma cuando su nariz rozó la glándula de olor. Algo se agita en su pecho.

Acercándose, Lan Huan resopla ligeramente por el cuello del otro, sintiéndose mareado por las feromonas en aumento. Él acaricia el cuello, asegurándose de que su aroma cubriera el de Jiang Wanyin.

Lan Huan se congela cuando escucha un gemido bajo.