[Secuela de "Trust me ;; SUGA - BTS"]
Pasado un año desde la última vez que vió a Yoongi, Hyerim cree tener su vida resuelta... pero realmente no es así.
El vacío en su pecho continúa, los recuerdos del chico de ojos gatunos aún la atormentan y las...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Ha sido difícil acostumbrarme a tantos cambios en tan poco tiempo –si es que un año es poco–, pero al mismo tiempo siento que la decisión de no recibir ninguna ayuda de parte de mis padres fue la mejor.
En mi opinión, Jungkook y yo llevamos las cosas de un matrimonio simple muy bien. Entre su trabajo y los proyectos de la universidad, sus días son de lejos mucho más ajetreados que los míos, pero me sorprende cuanto se esfuerza por nunca dejarme de lado. Incluso insiste en cocinar un par de días a la semana a pesar de tener suficiente dinero para contratar a alguien que se encargue exclusivamente de ello.
Siento que he aprendido muchas cosas más en este el último año que durante todos los años anteriores de mi vida. Ahora sé las cosas básicas para sobrevivir estando completamente sola, siendo bastante independiente dado que Jungkook está casi todo el día fuera de casa.
Las cosas han mejorado; pero, es en momentos como este, en donde no puedo evitar recordar al chico lindo de ojos gatuno, y es solamente entonces que los recuerdos, ademas de los mismos sentimientos de hace varios meses, regresan para atormentarme una vez más.
Ya perdí la cuenta de las veces en las que me pregunté a mi misma si el novio de mi mejor amiga podría saber algo acerca de Yoongi, y esto solo empeora mis nervios ya bastante alterados. Seokjin era amigo de Suga, y probablemente supo desde un inicio lo que tenia en mente; sin embargo, nunca logro armarme de valor suficiente para preguntarle acerca de este tema.
No tengo idea de porqué me hago este daño a mi misma, pero no puedo evitar pensar en él más veces de las que debería.
Yoongi ha marcado mi vida, y debo admitirlo por mucho que no quiera.
Acelero el paso entre las calles estrechas y frías de algún lugar poco conocido de Seúl, volviendo a quejarme conmigo misma por negarme a aceptar que Jungkook pasara por mí al departamento de Seokjin. En primer lugar, creo que no debí aceptar la invitación de Sunmi para cenar con ella y su novio solo porque mi ahora esposo no podría llegar a tiempo para hacerme compañía.
Debe ser bastante tarde a juzgar por la oscuridad que me envuelve, y la idea de no alcanzar el autobús que necesito se interpone en mis pensamientos; logrando desesperarme en pocos segundos.
Mis ansias crecen cuando distingo la calle solitaria en medio de la oscuridad de la noche, totalmente vacía. El barrio no parece peligroso, pero las sombras de las luces tenues, los sonidos de las aves e insectos nocturnos y la presencia de la luna llena solo provocan alteraciones en mis nervios; logrando que el ya conocido sentimiento de incomodidad se instale una vez más en mi sistema, advirtiéndome que algo está por pasar.
El susurro bajo de mis zapatos contra el suelo empiezan a confundirse con los de alguien más, y es en ese instante en que me doy cuenta de la presencia de una figura delgada y extraña al frente de la acera por la que camino, avanzando a la par conmigo y asustándome ligeramente gracias a que no lo vi aparecer.
