[Secuela de "Trust me ;; SUGA - BTS"]
Pasado un año desde la última vez que vió a Yoongi, Hyerim cree tener su vida resuelta... pero realmente no es así.
El vacío en su pecho continúa, los recuerdos del chico de ojos gatunos aún la atormentan y las...
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No estoy segura de qué hacer. No estoy segura de nada en lo absoluto. No estoy segura siquiera de qué es lo que quiero para mi y mi patética vida.
Llevo casi dos horas sentada en el bordillo de la misma acera en la que Yoongi desapareció, y a pesar de esto no tengo intención de irme pronto. No estoy segura de por qué, dado que hasta hace algún rato lo único que quería hacer era volver a casa; sin embargo, la voz molestosa en mi cabeza insiste en que es debido al miedo que tengo de enfrentar mi realidad de ahora en adelante.
Y en el fondo, sé que tiene razón...
Tengo el móvil en uno de los bolsillos grandes de mi saco, y soy bastante consciente de la forma insistente en que suena y vibra desde la ultima media hora. Es Jungkook, estoy más que segura. Sé que lo más probable es que haya llamado a Sunmi al ver que no volvía para darse con la sorpresa de que realmente no estoy con mi mejor amiga tal y como le dije que haría.
A veces me desespera la forma en que se preocupa por mi, pero al mismo tiempo intento comprenderlo.
Intento armarme de valor mientras tomo el celular entre mis manos, mirando con atención el nombre de mi esposo en la pantalla que me indica una nueva llamada entrante.
La ignoro, igual que con las ultimas veinte llamadas; y es la primera vez en mucho tiempo que no me siento culpable al hacerlo.
Los autos ya no aparecen con tanta frecuencia debido a que es pasada la media noche, pero a pesar de esto no puedo evitar pensar en que aún así alguien terminará por encontrarme debido a lo cerca que me encuentro del departamento de Seokjin; y sé que no me equivoco cuando mi visión periférica capta la forma en que una chica se acerca a mi con pasos rápidos.
—¡Hyerim! —escucho, y no me sorprende demasiado ver la figura alta y esbelta de Sunmi avanzando hacia mi desde el otro lado de la acera.
Cierro los ojos con fuerza, apretando los puños en un intento de tranquilizar mis sentimientos y recién cuando escucho los pasos de mi mejor amiga demasiado cerca, me obligo a levantarme con rapidez.
No digo nada mientras ella se lanza a mis brazos para abrazarme con fuerza, soltando oraciones con tanta rapidez que mi cerebro apenas puede digerir.
Me siento en un estado de letargo, como si el mundo se moviera increíblemente rápido a mi alrededor y yo fuera la única persona que no puede seguirle el paso. Sé que es la confusión que aún se asienta en mi sistema, pero tampoco tengo idea de cómo comenzar a ignorarla.
—¿Donde estuviste? ¿Qué haces aquí sola? —son las únicas dos preguntas que mi mente logra captar, y por mucho que me esfuerce no logro abrir los labios para responder algo coherente.
«Yoongi está en Seúl. Yoongi está en Seúl.» repite mi mente y quiero decírselo, pero no puedo hacerlo, mis cuerdas vocales no acatan a mis órdenes.
