Back to me ;; SUGA, Jungkook - BTS

✨Capítulo quince✨

Vengo y me voy porque ya empiezan mis clases virtuales xd. Disculpen la demora, linduras. Espero les guste bebés, gracias por todo <3.
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Un esguince y un amigo desaparecido, bien. Siento que las cosas no pueden empeorar, pero no me atrevo a decir algo como ello por miedo a que pase realmente.

Lo único que he logrado comprender es el hecho de que, al parecer, tomaron a Namjoon como una especie de rehén. Según las palabras de Suga, al ver que no había mucho éxito con tomarme a mi, se decidieron por el chico alto de tez bronceada.

Es amigo de Yoongi, obviamente tendrían la atención del chico, y el hecho de que nadie se lo esperaba ayudó a que llevaran a cabo su plan casi improvisado.

—¿Alguien que pueda rastrear su teléfono? —pregunta Hoseok, parado al lado de mi camilla en la sala de emergencias.

Me pareció una exageración que me hiciera ocuparla, ya que probablemente llegaría alguien que la necesitara realmente y yo estaba solo acaparando el espacio, pero el chico de ojos gatunos insistió.

—Yoorah ya lo intentó, no dio resultado —Suga le responde, aún con el rostro ofuscado. Quiero ignorar la incomodidad que se instala en mi en cuanto escucho el nombre de aquella chica una vez más, y es que es extraño. No debería molestarme de esta forma—. Al parecer lo destruyeron o algo así.

Somos amigos. Solo amigos. Yoongi es mi amigo.

—¿Como ha pasado esto? —pregunta el chico rubio—. Es decir, Namjoon mide más de un metro ochenta, ¿como secuestran a alguien con esa altura?

Yoongi suelta una exhalación fuerte, y noto que está haciendo lo posible por controlarse a sí mismo.

—No es un secuestro, joder, probablemente lo hayan extorsionado. Incluso es posible que le hicieran creer algo que no es —responde finalmente.

Bueno sí, de hecho tiene algo de razón. Hay muchas formas de tomar a alguien como rehén.

Saerah termina por sentarse en el banco justo al lado de mi, bastante cerca y con movimientos demasiado silenciosos y lentos. Parece incluso más confundida que yo, pero irónicamente más tranquila, como si en realidad no le supusiera un problema él no entender del todo la situación.

Le sonrío en el instante en que me manda una mirada fugaz, recibiendo de su parte el mismo gesto pero bastante más reducido, y le veo dirigir su atención a mi tobillo un segundo después.

Me han vendado el pie con firmeza, pasando la tela al rededor de la parte herida después de aplicarme una crema para desinflamar la hinchazón y finalmente una pastilla que ayudará a que el dolor disminuya.

Yoongi terminó dándome un sermón de casi media hora explicándome que no podía seguir siendo tan descuidada. Rodé los ojos nada más empezó, porque no era quien para reclamarme nada.