[Secuela de "Trust me ;; SUGA - BTS"]
Pasado un año desde la última vez que vió a Yoongi, Hyerim cree tener su vida resuelta... pero realmente no es así.
El vacío en su pecho continúa, los recuerdos del chico de ojos gatunos aún la atormentan y las...
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—¿Vas a quedarte callado, verdad? —preguntó el chico, sosteniendo el móvil pegado a su oreja con más fuerza de la que debería—. Te conviene, Park.
Escuchaba las respiraciones fuertes y casi erráticas a través de la línea, probablemente porque el rubio al otro lado comenzaba a mostrar su enojo poco a poco.
Jungkook soltó un suspiro frustrado al no obtener una respuesta inmediata, rodando los ojos al comprender que el otro chico no estaba aún del todo seguro en cuanto a lo que irían a hacer.
—No lo sé, Jeongguk —su voz sonaba fuerte, pero aún mantenía un pequeño rastro de inseguridad—. Le debo demasiado a Yoongi hyung, no sería justo hacerle esto...
—¡Por Dios, Jimin, deja a mi estúpido hermano fuera de esto!—tuvo que hacer un esfuerzo por no explotar del todo, percatándose de cuán grosera estaba siendo con el chico mayor, sintiéndose un poco mal consigo mismo. Hyerim aún estaba dormida en la única habitación de la casa, y aunque él se encontrara en medio de la sala de estar, no quería arriesgarse a hacer demasiado ruido. Jeon se limitó a tomar una bocanada de aire para lograr tranquilizarse, apretando el puente de su nariz en señal de frustración—. Dime solo una cosa más... ¿Si hubieras tenido una mínima oportunidad de salvar a Seulyun, no importa como, lo habrías hecho?
El silencio fue lo único que volvió a escucharse, y aunque sabía la respuesta de antemano; no estuvo muy seguro de cómo debía sentirse. La consciencia comenzaba a pesar en sus hombros, y una voz impregnada en su cabeza no paraba de repetirle que había tocado la fibra sensible de Jimin. Pero eso él ya lo sabía. Todos sabían que el nombre de Seulyun estaba casi prohibido, y sobretodo frente al chico rubio.
—Ya sabes mi respuesta, no preguntes algo así —la voz del chico al otro lado de la línea sonó torturada, y Jeon supo que probablemente comenzaba a luchar contra sus ganas de llorar.
Sí, tal vez se había pasado un poco, pero Jungkook creía que llegados a este punto, todo valía en el juego.
—Entonces ayúdame, hyung —decidió volver a intentar con la forma educada y tranquila, rogando porque funcionara esta vez—. Solo te estoy pidiendo que cierres la boca durante los próximos meses, ni siquiera es tan difícil.
—No es difícil —ahora Jimin volvía a hablar con su voz natural, pero Jeongguk podía imaginárselo aún con el rostro titubeante—, es solo que no quiero culpar a Suga hyung por algo que él no hizo.
—No estás entendiéndome, Park...
—¡Claro que sí, no soy tonto joder! —respondió—. Pero no es justo, solo eso.
—No te habría importado si fuera Seulyun —volvió a nombrarla, dejando que la consciencia apareciera en su sistema una vez más.
—Deja de nombrarla, idiota. Voy a colgarte si vuelves a hacerlo.
