Back to me ;; SUGA, Jungkook - BTS

✨Capítulo dieciséis✨

Aún puedo sentir las miradas extrañadas y enojadas de mis padres sobre mi. Nunca ha sido lo mío eso de soportar las miradas, y esta situación me lo recuerda una vez más.

Mamá parecía especialmente enojada, pero en realidad estaba preparada para este momento. Quiero decir, iba a enterarse tarde o temprano que Jungkook y yo pensamos separarnos definitivamente, y era más que seguro el hecho de que esto no iba a gustarle ni un poco a mis padres; aunque papá siquiera ha volteado a mirarme más de una vez.

Los padres de Jungkook, por su parte; parecían más preocupados, y me lo hicieron saber nada más puse un pie —literalmente— dentro del lugar llenándome de preguntas y más preguntas sobre cómo rayos terminé con dos muletas y un pie vendado.

Tuve que inventarme una mentira rápida sobre esto, y agradecí tener a Jimin aún junto a mi, porque pudo asegurar cada palabra que dije, siguiéndome el juego por completo.

Al parecer no hay persona que se resista a los encantos de Park Jimin, y evidentemente los señores Jeon no han sido la excepción; porque no dejaron de interesarse por él y la relación que tiene conmigo y con su hijo. No pude pasar por alto, aún así, el hecho de que la madre de Jungkook tenía los ojos empañados en lágrimas y completamente hinchados. No sé qué es lo que me sorprende, después de todo, se trata de su hijo.

Por otro lado, casi puedo asegurar que he mentido más veces en estas cinco ultimas horas que en todo el año, cosa que empieza a desesperarme, porque tengo el presentimiento de que las cosas así no van a terminar nada bien; sin embargo, sé que no es momento para detenerme a pensar en cosas como esa cuando Jeon Jungkook aún se encuentra internado dentro de cuidados intensivos.

Al parecer, le dispararon y la bala le rozó parte del pulmón.

Este está siendo un día asqueroso, y realmente no tengo idea de qué más puede salir mal para este entonces.

Muevo con ansiedad mi pie malo, sentada en una de las mesas de la cafetería del hospital junto a Jimin y su cara de niño bueno, fijando la mirada sobre el piso y haciendo caso omiso al barullo de las pisadas y algún que otro llanto de los niños pequeños en la sala de espera para familiares.

Suelto un suspiro pequeño, pero es suficiente para llamar la atención del chico sentado junto a mi, y lo sé porque en ese mismo instante voltea a mirarme con interés.

—Oye, tranquilízate —me anima—. Ya verás que las cosas se arreglan pronto.

Frunzo los labios, sin intención de quitarle el optimismo, pero algo me dice que tal vez no será así de fácil.

—Aún no estoy segura de quien pudo haberle hecho eso a Jungkook —digo con sinceridad, apoyando el codo en la mesa y reposando mi cabeza en él—. Sabía que estaba metido en cosas algo peligrosas pero... no lo sé, solo no me lo esperaba.

Jimin no vuelve a abrir la boca pero sus ojos parecen preocupados, y puedo notar con claridad que en realidad intenta decirme algo.

Tiene un mueca extraña en el rostro, y aquello no hace más que ponerme ansiosa; no quiero obligarle a hablar si él no lo quiere así, pero saber qué hay algo importante que está omitiendo no está ayudándome a hacerme sentir mejor.