Prefacio

571 81 121
                                    

En algunas ocasiones cuando nos hacen elegir podemos toparnos con dos situaciones.

Dinero y amor.

Dos términos que a menudo se confunden y a veces, en la fantasía parecen uno solo.

Pero, ¿qué ocurrirá cuando tengas que decidir entre ambos?

¿Amor? o ¿Dinero?

No sólo con eso sino elegir si prefieres seguir tus valores, ser fiel a todo por lo que llevas luchando toda tu vida. Por lo que has dejado de lado cosas que nunca van a regresar, ha sido el proyecto por el que has conseguido seguir, por el que una niña pequeña soñaba con cumplir.

Es injusto tener que elegir pero la vida consta de eso mismo: elegir constantemente, elegir qué te vas a poner para ir a trabajar, qué café vas a pedirte en la cafetería de la esquina, qué película de todo el catálogo de Netflix te apetece ver. Escoger sin tener el beneficio de conocer si esa misma decisión va a romperte para siempre o por el contrario te va a acercar a todos tus sueños.

Una vez leí una frase que decía: el dolor es un daño colateral de vivir y es cierto. Somos tan reacios a tomar decisiones por miedo a fracasar, a que nos duela, por pavor a arrepentirnos pero eso hace excitante a la vida ya que, ¿qué sería de nosotros sin errores?

Seguramente nadie, o muy pocas personas, vayan a entender mi historia porque no es un cuento de hadas. No tomé las mejores decisiones, me equivoqué constantemente, estaba dentro de un círculo que me ahogaba y del que anhelaba salir. Perdón si hay partes de esta historia con las que no te sientes identificado, si llegas incluso a odiar, porque una guerrera no nace sino que se hace, con dolor y malas deciones, con comportamientos de los que no me siento orgullosa.

Si pudiera viajar en el tiempo puede que mi actitud frente a esas situaciones complicadas hubiera sido diferente. Ojalá alguien me hubiera dicho cómo hacer frente a ese momento. Mi actitud no es la mejor, en realidad, de ninguno de los personajes que aparecen en este libro pero creo que eso lo enriquece.

Puede que resulte pedante, resulte insoportable, no lo sé, pero entiende que todos hicimos frente a esas situaciones de la mejor manera que pudimos. Al igual que tú haces frente con los recursos de los que dispones, a todas esas decisiones que dan tanto pavor.

Porque el futuro asusta, no puedes controlar algo que todavía no ha ocurrido, no podemos ni siquiera tratar de modificarlo porque el universo puede lanzarnos tantos imprevistos que estamos indefensos. Y cada decisión nos acerca sin querer a ese futuro, a eso que no podemos controlar.

Mi intención no fue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora