Capítulo 30:Nostalgia.

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Rachael

-Lleva así una semana-se escucha la voz de Eli a mi izquierda sin embargo no me giro ni tan siquiera me inmuto. Sigo observando mi reflejo en la televisión apagada.

-Mira que se lo advertí, ¿no ha salido de casa?-Esta vez es Harry el que contesta con un tono de desesperación.

-No-es cierto. Llevo sin asearme ni salir de casa desde que he vuelto de Barcelona. Me he alimentado de comida basura y paso los días sin saber qué hacer para que no vuelva el terrible dolor. Es lo más intenso que he sentido nunca, me duele todo el cuerpo y no tengo ánimos para hacer otra cosa que no sea dormir. Eli está desesperada y hace todo lo posible por levantarme el ánimo pero el problema es que no quiero cambiar mi actitud y sus intentos solo hacen que me sienta culpable. En este estado me siento tranquila, sin emociones que corrompan cada parte de mi cuerpo-. Me voy a la universidad, ¿te importaría quedarte con ella? No quiero que haga ninguna tontería.

Desconecto el cerebro del resto de la conversación y subo los pies al sofá para envolver las rodillas y apretarlas contra mi pecho.

Tan siquiera me anima ver la televisión u organizar el desfile de verano. La señora Berlusconi ha tenido el detalle de darme dos semanas de descanso. No tengo ni idea de qué habrá opinado la señora Smith sobre eso pero no me importa. Nada lo hace en realidad.

-Bueno Rachael, pues estamos solos, ¿quieres hacer algo? ¿Ir a Central Park? Ayer nebó y dicen que está precioso.

No le respondo deseosa de que se calle y me deje tranquila. Hundo el rostro en los muslos sin soltar las rodillas y cierro los párpados.

-¿Qué tal está?-Pregunto con la voz ronca y desgastada sin levantar la cabeza de los muslos. Casi no reconozco mi voz rasposa. Toso y vuelvo a dejar el rostro encima de las rodillas.

-¿Quién?

Le miro con expresión cansada, lo último que quiero es nombrar al ser humano que ha hecho que esté así.

-Ah...pues tampoco le he visto mucho...- comienza -¿Ponemos la televisión?- Enciende el aparato sonriéndome.

-Tras el incidente con la organizadora de la boda, hace exactanente doce días durante la gala benéfica, la joven pareja, que ha dado tanto que hablar, se ha vuelto a pronunciar en la felicidad de su compromiso y nos han abierto las puertas a su hogar. Vamos a preguntar a Katherine Hamilton, dentro de poco Miller, sobre la ceremonia...-Harry apaga la pequeña televisión y deja el mando en la mesilla.

-No hay que fiarse de lo que los demás muestran al mundo-susurra.

Se me cae el alma al suelo, ¿así que yo estoy sufriendo por él y Dereck tan siquiera muestra una pizca de nostalgia? Debería haberlo imaginado.

-Tendría que haberte hecho caso.

-Bueno..., puede que al fin y al cabo sí que tuviera razón. A los ricos les mueve el dinero.

Me levanto del sofá y, sin tan siquiera ponerme los zapatos, me dejo arrastrar hasta la habitación y me tumbo en la cama encima de la colcha.

Escucho unos pasos acercarse por el pasillo. La voz de Harry me suplica que olvide lo que ha dicho, pero es demasiado tarde para eso.

Los días transcurren. El miércoles nieva pero tan siquiera tengo ganas ni de asomarme por la ventana. Eli me obliga a asearme y me hace un plato deliciosos para comer, pero casi no me los termino. Scott y Harry me animan a ir a verlos jugar a un partido de fútbol en el que ellos mismos compiten pero no presto mucha atención, apesar de que lo intento, solo bebo alcohol. Ese es el primer día que salgo y la nieve que refleja los rayos de sol me dañan los ojos.

Mi intención no fue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora