Capítulo 6:Jamás podrás volver a verte igual al espejo.

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Rachael

Me sorprende ver el rostro familiar que se encuentra delante de mí. Unos ojos marrones recubiertos por una fina capa de arrugas y una media sonrisa en los labios prestan atención a la diseñadora. Un escalofrío recorre mi espina dorsal al verle. Adler no parece percatarse de quién soy cuando la señora Wang nos presenta, me estrecha la mano con una falsa amabilidad, su enorme silueta esbelta infunde respeto, serenidad y educación. Nunca antes he estado tan cerca de él y puedo decir que tiene más perecido de lo que pensaba a su hijo a pesar de que Dereck tiene unos preciosos ojos azules.

No me gusta el sentimiento de alerta y desconfianza que me transmite conocedora de todos los negocios ilegales que lleva a cabo junto a lo que le hizo a su ex mujer y lo que le ocurrió a su hija por su culpa, no puedo creer cómo puede dormir por las noches con la conciencia tranquila tras todo ello.

-¿Y qué hace aquí señor Miller?-me aventuro a preguntar tras unos minutos de silencio en los que Adler y la señora Wang charlan animádamente sobre temas de negocios y viajes.

-Bueno...He venido a comprar algún que otro cuadro para decorar el salón de mi piso en Seattle, está muy vacío y creo que un toque de arte le vendrá bien.

-Por supuesto, los millonarios se pueden permitir cualquier capricho, ¿no es así señor Miller? Pero también debería saber que el dinero no da toda la felicidad.

-Concuerdo con usted...Señorita Turner, pero tengo una mujer y un hijo a los que quiero con toda mi alma y debo alimentar y mimar.

Levanto las cejas, sorprendida.

<<¿Cómo se puede ser tan mentiroso?>>

-Bueno señor Miller, si quiere tanto a su hijo, ¿por qué le ha obligado a casarse con la hija de su amigo?

En ese momento Adler parece caer en la cuenta de quién soy e inmediatamente cambia su mirada burlona y entretenida a una seria y dura. A pesar del temblor de mis piernas por su cambio de actitud no me dejo intimidar por este hombre de traje y repeinado.

-¿Podemos hablar en un sitio más alejado?

No me doy cuenta hasta que formula esa pregunta de que la señora Wang y otras personas nos miran curiosos.

Asiento y Adler sin ningún tipo de cuidado, me agarra el brazo en su firme mano tan fuerte que podría no circularme la sangre. Su firme paso es rápido lo que me dificulta soltarme de su agarre a pesar de que tiro en dirección contraria y le grito que me suelte. Nadie hace nada para impedirlo y odio que me trate como si fuera un objeto.

<<¿Qué sería capaz de hacer este hombre?>>

Caminamos por un pasillo oscuro, alejados de la tranquila velada que está teniendo lugar a unos metros de nosotros y Adler me lanza sin medir su fuerza contra la pared.

-Escúchame bien, zorra insensata, no vuelvas a dirigirte a mí de esas formas, ¿lo entiendes?

Me mantiene arrinconada contra la pared con ambas manos a mis costados y nuestros cuerpos rozándose. Quiero gritar, salir huyendo, intentar echar a correr o llamar a alguien pero el miedo me paraliza y me mantiene como una estatua en el sitio, además de que mis intentos de salir ilesa de allí son casi escasos. Este hombre es mucho más alto que yo y seguramente más fuerte.

-No me llames zorra- logro decir sin mirarle y escuchando los latidos de mi corazón cada vez más elevados.

Le echo un escupitajo a la cara que le pilla totalmente por sorpresa, un punto a mi favor. Si es consciente de que no puede controlarme me dejará huir. Veo un atisbo de esperanza cuando me doy cuenta que a mi izquierda hay una salida de incendios, podría inmovilizarle con una patada y echar a correr por allí hasta que llegue al exterior y pueda pedir ayuda.

Mi intención no fue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora