La llamada

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...fue una llamada demasiado larga ,hubieron lágrimas ,bastantes lagrimas ,tuve que explicarle de forma más calmada a Roberto todo lo qué pasó ,obviamente el ahora comprendía porque tome esa
Decisión  tan drástica ,no pudo juzgarme demasiado ,eran bastantes motivos ,pero sin embargo mi conexión con EcoModa no se había disuelto ,yo seguía siendo accionista de la empresa ,la única diferencia era que no seguiría siendo la gerente de puntos de vente ,por lo tanto no estaría en eco moda . Por mucho voy a ir a las juntas directivas y ojalá no les dé por hacerlas muy seguido ,no quiero verle la cara a ninguno  de ellos ,pero pues si toca ...toca , al fin y al cabo de la familia valencia ,a la única que le importa la empresa es a mi y no quiero dejar que muera el legado de mi padre ,es lo menos que puedo hacer por el.
Al día siguiente me levanté de la cama y salí de la habitación -todavía estaba un poco desorientada - y abrí la puerta ,al hacer eso un hombre estaba delante mío como si estuviera a punto golpear la puerta ,el me saludo pero estaba como nervioso ,yo lo saludé y le pregunté que porque estaba ahí....
Y me contestó :
-Emm pasaba por aquí porque ...,bueno lo que pasa es que ayer escuché toda tu conversación por el teléfono y la verdad solo quería preguntarte si estabas bien , si te encontrabas bien ?,todo lo que escuche fue muy triste , no quiero parecer entrometido ni nada de eso ,no quiero que pienses mal de mi ....

En ese momento lo único que pude hacer fué sacar una pequeña sonrisa y pensar en ¿Que clase de persona normal escucha tras las paredes de un hotel?.
Aquel hombre me devolvió la sonrisa y me repite la pregunta:
- ¿Estás bien? No necesitas algo?.
Yo lo miro un poco extrañada, la verdad me da un poco de miedo el hecho de que un extraño se preocupe tanto por mi, el nota mi incomodidad y sonríe, extiende su mano mientras en su rostro se le dibuja una hermosa sonrisa.
- Que pena, no me he presentado, Mi nombre es Martín, Martín Santamaría, y tu eres?
Aún sigo atontada con su presencia pero reacciono y le doy mi mano.
- Yo soy Marcela Valencia.
-Mucho gusto Marcela, tienes un nombre muy hermoso.
Su gesto de nobleza para conmigo me hace sentir un poco extraña, hace rato no recibía tanto afecto por parte de alguien, recordar todo lo que viví con Armando me hace poner cara de enojo y le digo a Martín:
- Mira, estoy muy bien y ahora si me disculpas tengo cosas que hacer.
No dejo que hable y le cierro la puerta en su cara, siento que hice mal y me arrepiento de haberlo hecho, la verdad aquel hombre no tiene la culpa de todo lo que yo he te tenido que vivir. Qme dirijo al baño de mi habitación, me veo al espejo y recuerdo a Martín. Martín es un hombre alto, de cabello castaño, ojos grises y con barba un poco desaliñada, en su cuerpo puedo ver que le gusta hacer ejercicio, la verdad el hombre no está nada mal pero ahora no tengo tiempo para pensar en hombres, necesito consentrame en mi y en salir adelante.
Me empiezo a organizar, necesito salir a distraerme, son cerca de las 7:30 de la noche y afuera el clima es fresco así que decido ponerme un vestido blanco en la parte de arriba, con espalda descubierta y un ligero escote y en la parte de abajo azul con unos detalles en flor con un poco de transparencia, necesito sentirme sexy, bonita porque después de todo lo que Armando logró con todo esto es que yo tuviera el autoestima en el suelo y necesito volver a levantarla. Me pongo un labial color rosa, algo no muy llamativo, me vuelvo a mirar al espejo y me siento a gusto con lo que veo, salgo del baño cojo mi cartera y decido salir de mi habitación, bajo a la recepción del hotel y le pregunto a una chica:
- Hola! ¿Me podrías recomendar una buena discoteca por aquí cerca?.
La chica no alcanza a contestarme cuando siento que una mano posa sobre mi espalda y una voz masculina que me dice:
- Yo podría llevarte a una discoteca excelente.
Volteo para ver de quien se trata y veo a Martín, está exageradamente guapo. Está vestido con una camiseta blanca y unos jeans que le quedan de una forma.
- Pero mira, tu hobbie es escuchar conversaciones ajenas?.
El sonríe y se muerde el labio, Dios, este hombre es demasiado sexy.
- Pues, si se trata de ti, obvio quiero escuchar todo lo que sale de tu preciosa boca.
No puedo evitar sonreír y le digo:
- Y dime algo, ¿Por qué se supone que debo confiar en un hombre que escucha conversaciones ajenas y que acabo de conocer?.
El suelta una carcajada y nuevamente se muerde el labio:
- Pues mira, siento que has sufrido demasiado, que tenemos muchas cosas en común y que mereces lo mejor del mundo, y si me das la oportunidad de que nos conozcamos mejor pues te voy a demostrar que no soy ningún loco psicópata como piensas.
- Ah si? Y te hace pensar que yo tengo ese concepto tuyo?
- La forma en la que me miras, me haces sentir como un loco demente.
Su comentario me hace reír y el vuelve a insistir:
- Que dices? Vas conmigo a la discoteca o me dejarás bailando solo?.
- Está bien acepto.
El me extiende su mano la cual acepto con agrado.
- Muy bien, entonces vamos.
El se detiene y me mira de pies a cabeza, su mirada me hace sentir como si estuviera desnuda, frunso el ceño y le digo:
- Que pasa?
El me mira a los ojos y pone su mano en mi mentón y dice:
- Pasa que estás demasiado hermosa nena.
Nena? Nunca nadie me había llamado así y mucho menos me habían mirado con tanta ternura, me siento extraña pero a la vez es lo que quiero sentir, me siento hermosa.
Llegamos a la discoteca y el parquea su carro, baja rápidamente y me abre la puerta, ayuda a bajarme y me dice:
- Bienvenida! Espero que sea de tu agrado.
Enserio estoy sorprendida del trato que me está dando un extraño, pero siendo sincera me siento cómoda con Martín, siento que es un buen hombre. Nos dirigimos a la discoteca y hay poca gente ya que es mitad de semana, pero es un lugar agradable, el me mira, se acerca a mi oído y me dice:
- Que te parece?
Yo me le acerco a él y le contesto.
- Está muy chevere, me gusta.
El mesero no recibe cordialmente y nos asigna una mesa, Martín me corre la silla para que yo me siente y luego se sienta el.
El mesero atentamente nos pregunta:
- Qué desean tomar?
Martín me mira, espera a que yo pida, al principio dudo y luego me decido.
- Un whisky a las rocas por favor.
El mesero asiente y mira a Martín, el me mira y dice:
- Empezamos la noche con toda no?
Vuelve su mirada al mesero y le dice:
- Dame lo mismo que ella por favor.
Me siento plena en ese momento, Martín aunque es un desconocido es una buena compañía, el lugar es agradable y la música es espectacular.
Martín me mira y me dice:
- Bueno señorita, conozcamonos, hablame de ti.
- Pues no sé, no creo que sea conveniente hablar de mi.
-Bueno igual yo ya se quien eres, solo con verte a esos ojos tan bellos que tienes.
- A sí? A ver y que puedes ver en mis ojos?
Me acerco a él y lo miro fijamente, el hace lo mismo y me dice:
- Pues, como te dije en el hotel, eres una mujer que ha sufrido demasiado por amor, eres una mujer sencible pero te escondes en esa armadura de mujer fuerte y seca.
Sus palabras me hacen sentir nuevamente triste y me hacen sentir incomoda, entonces le esquivo la mirada y le digo:
- Y ahora eres adivino?
El toma mi mano y me dice:
- Puedo ver reflejado tu dolor, un dolor que en algún momento de mi vida yo también sentí.
Eso me sorprendió aún más, ¿Cómo es posible que un hombre como el haya sufrido por amor?.
El hecho de que me hubiera confesado su vida sentimental me hizo sentirme cómoda con el, pasaron las horas y no paramabamos de conversar, la conversación no tenía fin, en realidad teníamos muchas cosas en común y me divertía mucho con el. Ya me había tomado varios whiskyes y ya sentía mi cabeza un poco pesada, miró la hora y ya van siendo las 2:00 am, pongo cara de sorpresa y le digo a Martín:
-Como es posible que haya pasado tan rápido el tiempo? Ya es muy tarde, deberíamos irnos.
El mira la hora y también se sorprende, me mira y dice:
-Contigo el tiempo no pasa Marce, y si, deberíamos irnos pero me prometes que volvemos a salir, pero la próxima va a ser a bailar.
Levanto mi mano derecha como juramento y digo:
- Lo prometo, lo prometo, pero vámonos que me siento un poco mal.
Martin paga la cuenta y nos subimos al carro, el pone música y camino al hotel los dos cantamos a grito herido. Cuando llegamos al hotel el me ayuda a bajar y me sube a la habitación, me lleva hasta la cama y me quita los tacones. Yo lo miro y digo:
-Gracias, hace rato no la pasaba tan bien con alguien. Me caes bien Martín.
- De nada, gracias a ti por aceptar salir conmigo, eres una persona increíble, por ahora descansa y nos vemos mañana.
Yo asiento y el se acerca y me da un pequeño beso en la boca, sonríe y sale de mi habitación .

La vida después de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora