Ángel

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La idea de venirme para Cartagena resultó tan satisfactoria al principio y sinceramente mi principal objetivo era tener un momento conmigo misma, poder estar más tranquila y olvidarme de todo un poco, o al menos lograr no recordar todo con tanto dolor, pero las cosas no resultaron como yo lo esperé ...
Martin se apareció en mi vida y él es conmigo lo que Armando nunca fué, lo acepto, el chico me gusta y por eso tomé la decisión de alejarme de él, no quiero enamorarme y mucho menos hacerle daño. De igual forma lo sucedido con Martín no va a impedir que yo tenga un tiempo conmigo misma, y lograr la paz en mi mente y en mi corazón que tanto anhelo.
Me dispongo a seguir empacando las maletas, tengo que irme lo más pronto posible antes de que Martín quiera volver a buscarme.
En ese instante suena mi teléfono, miro quién es y grata sorpresa!... Es Catalina Ángel, ella es la última persona de la que esperaba una llamada, rápidamente le contesto y me dice:
-Hola Marcela! ¿cómo estás?.
-Emm bien Cata y tú como te encuentras?.
-Muy bien Marcela. Mira te llamaba porque me acabo de enterar de lo que pasó en EcoModa y la verdad me preocupé por ti y quise llamar para saber cómo estabas? O si necesitabas algo?.
Me pareció un poco raro que ella se enterara, no se quién pudo haberle contado. Aunque conociendo el corredor de chismes de EcoModa es fácil enterarse de todo.
Pongo los ojos en blanco y suspiro:
-Ya supiste.
-Si Marcela, cuéntame como te encuentras?
-... Cata pues me fuí de EcoModa y salí de la ciudad, quería darme un respiro, pero como cosa rara tenía que pasar algo y al parecer no fué suficiente con salir de la ciudad, entonces estoy pensando en salir del país ...
-Ay no! como así?... me perdí, acaso tú en donde estás ahora?.
-Estoy en Cartagena, pero por favor  no se lo menciones a nadie, preferiría que nadie sepa de mi en un buen tiempo.
-Marcela, no te preocupes que por mi parte nadie se va a enterar, y por qué no me contactaste? tú sabes que yo estoy en Cartagena ,sabes que cuentas conmigo para lo que necesites.
-Lo sé, pero preferí no causar molestias, además quería estar sola y no ver a nadie.
-Te entiendo perfectamente Marcela, pero aprovechando que las dos estamos en Cartagena, deberíamos vernos y así aprovechas para contarme todo, creo que necesitas desahogarte, verdad?
-La verdad si Cata, necesito a alguien que me escuche y quien mejor persona que tu, te parece si nos vemos en algún restaurante mañana para almorzar? Y de ahí yo saldría para el Aeropuerto.
-Vale Marce yo te mando la dirección al hotel, hablamos y de paso nos vamos juntas al Aeropuerto porque mañana también debo hacer un viaje de negocios, entonces te espero.
-Ok ...hasta luego Cata.
Cuelgo la llamada  y continuo empacando mis maletas, mañana mismo salgo de acá. Pero..... y para donde voy a irme?
La verdad no lo sé, solo quiero llegar al Aeropuerto y tomar el primer vuelo disponible; no voy a preocuparme con ese tema, solo voy al almuerzo con Catalina y me voy ...listo.

Al día siguiente me despierto y miro la hora, es un poco temprano pero no importa, entre menos tiempo pierda mejor; me empiezo a alistar y termino de organizar todo, bajo a desayunar y que casualidad en el buffet veo a Martín. Paso de lo mas normal, tratando de disimular y rogando al cielo de que no me vea y de repente escucho que gritan mi nombre, la voz la conocía ...era más que obvio que el que me estaba llamando era Martín.
Pongo los ojos en blanco, frunso el ceño y me doy vuelta. Ahí estaba el, mirándome con una sonrisa en su rostro, se acerca a mi y me dice:
-Hola Marcela! Hace rato no sabia de ti.
-He estado ocupada.
Le respondo sin saludarlo, en su rostro veo que le sorprende mi actitud seca.
-Que vas a hacer ésta noche? Sino te molesta quería invitart.....
Levanto la mano y lo interrumpo.
-Mira! No me interesa salir contigo a ningún lado, te dije que no me buscaras más, déjame en paz.
Me doy vuelta y sigo mi camino, no lo puedo creer, la dura y fría marcela acabó de salir, me siento tentada a voltear pero me contengo y sigo mi camino.
Termino de desayunar y subo a mi habitación, al entrar veo mis maletas en la puerta, ya las tengo listas, miro la hora y son las 9:00 am, aun es muy temprano, así que saco un libro de mi bolso y me pongo a leer, si fuera por mi iría a caminar en la playa o iría a tomar algo, pero el hecho de pensar en que me puedo encontrar con Martín me hace desistir de la idea, así que prefiero esperar en mi habitación.
Luego de un largo rato nuevamente miro la hora, son casi las 11:00 am. Me levanto rápidamente de la cama, guardo el libro en mi bolso, entro al baño me retoco un poco el maquillaje y salgo de la habitación con mis maletas. Me siento tranquila mientras voy llegando a la recepción, entrego las llaves de la habitación, doy las gracias y salgo del hotel.
Tomo un taxi, el taxista me ayuda con las maletas mientras me subo al carro, segundos después el conductor se sube, enciende el carro y me dice:
-Buenas tardes señora, a donde nos dirigimos?.
-Buenas tardes! Lleveme por favor a el Restaurante Interno.
-Claro que si, con mucho gusto.
El taxi arranca y sigo tranquila y a la vez emocionada por verme con Catalina. Después de unos minutos llegamos al restaurante. Me bajo y el taxista me ayuda con las maletas nuevamente, le pago y me dirijo al interior de restaurante. Es un restaurante pequeño, con una decoración muy colorida y llena de flores, buena música y ambiente agradable, miro por todo lado y veo a Catalina sentada en una mesa del rincón, me aserco a ella, Catalina levanta la mirada y al verme se pone de pie y me dice con gran emoción:
-Marcela!!! Que alegría verte.
Catalina me da un abrazo, un abrazo que necesitaba.
-Hola Cata! También me alegro de verte.
Nos sentamos y al instante llega una mesera, quiere entregarnos las cartas pero Catalina ya sabe que pedir:
-A mi traeme unos camarones al ajillo por favor.
La mesera asiente y me mira esperando mi pedido, la verdad no tengo mucho apetito pero decido pedir lo mismo que Catalina.
La mesera asiente, nos mira y nos dice:
-Desean algo de beber?
Catalina responde:
-Si, traenos dos limonadas natulares sin azúcar por favor.
Catalina me mira en busca de aprobación, yo asiento, la mesera se va y Catalina me dice:
-Ahora si marce, cuéntamelo todo.
En ese momento rebiendo en llanto, le cuento todo a Catalina, todo el sufrimiento que Armando me hizo pasar, lo que tuve que hacer para salvar la empresa que tanto amo, como tuve que soltar a él hombre que a pesar del daño que me causó durante años aún amaba, le conté todo a Catalina mientras ella me escuchó y me dió los mejores consejos, nos abrazamos mil veces y cada uno de esos abrazos me hizo sentir como una niña que buscaba protección de su padre.
El almuerzo con Catalina fué agradable, siento que logré descargar todo el peso que cargaba.
Cuando salimos del restaurante Catalina me dice:
-Marcela yo debo irme para el Aeropuerto, tu vienes conmigo?.
-Si, yo también debo viajar.
-Perfecto.
Pedimos un taxi y nos dirijimos a él aeropuerto.
En el transcurso del viaje al aeropuerto Catalina me pregunta:
-Y a dónde piensas irte?.
Suspiro y le digo:
-Si te soy sincera, no lo sé. Lo único que se es que me quiero ir lejos, voy a ver que vuelos hay disponibles.
-Tengo una idea, y si te vienes conmigo?
Mi cara de asombro no la puedo disimular, la idea me agrada, entonces digo:
-Y tu para donde vas?.
-Yo voy para México a organizar un evento, te vienes conmigo y me acompañas, que te parece la idea?.
En mi rostro se dibuja una sonrisa, estoy emocionada, miro a Catalina y digo:
-Nos fuimos para México!.

La vida después de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora