Su dulce y decadente sonrisa

Chapter 6

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco, es de thecellarfloor y fue beteada por AndyGrangerWeasley.

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Hermione estaba en estado de paranoia otra vez, dando vueltas por la sala de estar como una loca dispuesta a asesinar a cualquiera que se cruzara en su camino. Ella estaba tirando de sus rizos y gritando obscenidades al aire. Estaba nerviosa, temblorosa y sentía como si todo el mundo estuviera en su contra. Su mejor amigo estaba sentado en el sofá, frotándose las sienes bruscamente. Parecía que estaba sintiendo un inmenso dolor... o tal vez estreñido.

—Y luego tuvo el valor de decir que no quería nada, ¡nada! —gritó ella, con voz anormalmente aguda y llena de ira descontrolada—. Simplemente es solo que no... solo... ¡agh!

Ella agarró una almohada del sofá y se la pegó furiosamente al rostro, para amortiguar sus agudos gritos.

—Hermione —dijo Harry, mirándola con cansancio—. Me estás mareando. ¿Te calmarías por un momento?

—Calmarme, ¿cómo puedo calmarme cuando obviamente está usando esto como una estratagema para llegar a mí? —ella gimió con frustración.

Horas y horas de investigación y de lectura, que no le servirían de nada esta vez. Draco era un ser complicado y tenía una manera diferente de pensar, de hacer cosas, y aunque sus métodos eran extremadamente inmorales y francamente inhumanos, no podía negar que eran efectivos.

Se sentía absolutamente estúpida cuando se compara con él.

—¡Que voy a hacer!

—Respira —sugirió Harry, como si fuera así de simple. Ella lo miró y luego continuó su paseo—. Mira, no tiene sentido evitarlo, ya que obviamente no va a funcionar. Solo ten cuidado. Oh, espera. —Harry movió su varita mágica y de la nada apareció una pluma muggle y un pedazo de papel. Él comenzó a escribir rápidamente.

—¿Qué estás haciendo?

—Les escribo una nota a mis compañeros —dijo mientras continuaba garabateando—. Tendremos tu departamento y tu oficina protegidos, por lo que no podrá usar artes oscuras para entrar.

—Eso no lo detendrá.

Harry la miró.

—Voy a pretender que no escuché eso.

Silbó y un búho negro entró por la ventana abierta y se posó en su regazo. Ató la carta a su pierna y salió volando. —He investigado un poco y resulta que durante los cinco años en los que estuvo desaparecido, vivió en la parte muggle de Francia.

—¿Parte muggle de Francia? —Hermione detuvo sus zancadas momentáneamente—. ¿Draco Malfoy? ¿Supremacista de los sangre pura, viviendo una vida muggle? —Ella miró a Harry como si estuviera bromeando.

—Sí, no es de extrañar que no pudiéramos encontrarlo. Era el último lugar en donde pensaríamos buscar —concluyó Harry.

Golpeándose la frente con la palma, Hermione miró a su mejor amigo más de cerca y frunció el ceño. Realmente lucia exhausto y miserable y tenía enormes ojeras debajo de sus ojos sorprendentemente verdes, señales reveladoras de falta de sueño. Hermione de repente sintió una punzada de culpa en su pecho.

Si no fuera por ella, no hubiera sido arrastrado a este lío.

Ella siempre les causaba problemas a todos.

—¿Qué? —Harry la miró inquisitivamente, notando su repentino silencio. Ella negó y miró al suelo. Podía sentir los ojos de Harry sobre ella—. Sabes que esto no es tu culpa, ¿verdad?