Chapter 8

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco, es de thecellarfloor y fue beteada por AndyGrangerWeasley.

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Me sentía tan estático y vacío, del mismo modo en el que debe sentirse el ojo de un tornado, al moverse lentamente en medio del alboroto que lo rodea.

Recordaba las palabras con tanta claridad, gritándolas en su silenciosa mente. Precisamente eso fue lo que sintió cuando se detuvo en el centro del atiborrado y bullicioso vestíbulo, donde se hablaba del desafortunado accidente. Las personas murmuraban palabras mezcladas: algunas eran de consuelo, otras de compasión, pero, sobre todo de culpa. La miraban directamente, cuestionándola, siempre cuestionándola. Eso es solo parte de la naturaleza humana, supuso. Todas estas miradas y susurros, ya estaba acostumbrada y siempre era mejor ignorarlos.

Su mente estaba demasiado vacía, sus ojos demasiado sombríos.

Estaba demasiado silencioso, y no era porque las personas a su alrededor hubieran perdido repentinamente la voz o hubieran cerrado sus bocas. Más bien, era por las paredes que la protegían de todo lo demás, adormeciendo todos sus sentidos y su entorno, obligándola a no escuchar. En cierto modo, ella entendía por qué Draco era todo el tiempo tan indiferente.

Podría aprender a acostumbrarse a esto: al entumecimiento, a la paz.

Pensó en volver a casa, incluso ansiaba que sucediera cualquier cosa para alejarse de la furiosa tormenta que la rodeaba. De mala gana, se dirigió hacia la puerta en forma de bóveda del pasadizo subterráneo por segunda vez ese día, con los ojos enrojecidos y cansados, el cabello alborotado y enmarañado. Empujó a un Auror desconcertado que estaba bloqueando su camino, y lo ignoró cuando este le comenzó a decir que no tenía permitido avanzar.

El pequeño y asegurado lugar estaba actualmente fuera de los límites de los Inefables, pero a ella no le importaba, necesitaba sacar ese sentimiento de su pecho. Vio a algunas personas investigando meticulosamente la escena del crimen. Su mirada se posó en un hombre que estaba de cuclillas cerca del borde, mirando hacia abajo. Ella reconocería ese cabello negro azabache en cualquier parte.

—Harry —dijo en voz baja.

Él no hizo ningún movimiento que indicara que reconoció su presencia, solo continuó mirando hacia el agujero, pasándose las manos por el cabello y sacudiendo la cabeza.

—Pequeñas cosas desagradables —lo escuchó murmurar.

Se sintió enferma del estómago cuando el recuerdo de Astoria siendo devorada por sanguijuelas paso por su mente.

—¿Está... está ella bien?

—Está bien... perdió mucha sangre, pero está bien —dirigió su mirada a la flor púrpura azulada en medio del pozo, todavía plantada sobre una alta pila de tierra y rocas—. Te dije que te fueras a casa, Hermione. Deberías descansar.

—No me iré a casa hasta que escuches lo que tengo que decir.

—No lo hagas —dijo, agitando su mano, como para despedirla—. Solo vas a culparte a ti misma de nuev...

—Bueno, es mi culpa, ¿verdad? —ella indicó irritada.

—Por la jodida mierda.

Harry finalmente se levantó, quitándose el polvo de su túnica y caminando hacia ella.

—Oh, no me mientas, Harry —expresó con impaciencia—. Sé que es mi culpa y sé que tú también piensas eso. No debería haber bajado la guardia con él cerca. Y no intentes endulzar la situación solo porque soy tu mejor amiga.

Su dulce y decadente sonrisaWhere stories live. Discover now