Chapter 13

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco, es de thecellarfloor y fue beteada por Ausie Adeline.

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Las promesas nunca le habían importado. Le eran insignificantes, no valían la pena, o eran otros medios para lograr un fin. Nunca se había preocupado por las promesas o simplemente las había usado para obtener lo que quería.

Draco no sabía si podría ser fiel a su palabra.

Quería pensar que lo que sucedió fue una decisión espontánea, algo que solo dirías o harías porque la situación lo requería.

Y con Hermione Malfoy, de soltera Granger, sentada cómodamente en su regazo, luciendo increíblemente adorable con sus suaves rizos y sus labios fruncidos, no había sido capaz de evitar que las palabras salieran de su boca.

No estaba al tanto de la cantidad de control que tenía sobre él. En ese momento, hubiera saltado de un acantilado voluntariamente si ella se lo hubiera pedido.

Él hubiera hecho cualquier cosa.

Enérgicamente, se abrió paso entre las estanterías de la biblioteca de la familia Malfoy. Estaba estratégicamente encantada para que nadie pudiera utilizar magia para convocar los libros desde su lugar en los cientos de estantes. Se suponía que era una medida de seguridad para garantizar que ningún libro pudiera ser robado.

—¿Seguro que quieres hacer esto? —Blaise le preguntó nuevamente por lo que parecía ser la centésima vez ese día.

Draco logró lanzarle una fría mirada. Blaise simplemente levantó una elegante ceja en respuesta.

—Dije que lo haría y lo haré —dijo Draco, sintiendo un dolor de cabeza avecinándose. Se frotó la frente con la mano—. Fui a Francia para esto. He recorrido las bibliotecas, los museos y conocí personalmente a Van Bonham. Debería saber lo que estoy haciendo.

—Te das cuenta de que si todo no sale como lo que hemos planeado —comentó Blaise serio—. ¿Todos pereceríamos?

—¿Cuándo alguno de mis planes ha fallado?, hmm —él respondió arrogantemente.

—Fracasó con Hermione —dijo Blaise con tono condescendiente. Draco odiaba cuando usaba ese tono. Por lo general, significaba que estaba equivocado y Blaise tenía razón. Le molestaba completamente—. Necesito recordarte tu pequeño truco de suicidio de hace cinco años...

—Déjalo —caminó hacia otro estante con libros, hojeando los títulos, sus pasos resonaban en el silencio—. Solo ayúdame a encontrar ese maldito libro y cállate.

Todo lo que Draco escuchó fue un gruñido molesto de la otra repisa.

Continuó la tortuosa búsqueda, sacando los viejos libros de las estanterías y leyéndolos.

No podía dejar de pensar en el reciente incidente relacionado con Vasil Krum. Seguía viendo su rostro frente a sus ojos justo cuando estaba a punto de abrir las puertas del agujero negro. Parecía cansada, lastimada y miserable... Y lo odiaba, detestaba verla de esa forma. En aquel entonces, cuando aún era tan cruel como el Señor Oscuro, a él no le habría importado lo que estaba sintiendo. No importaría, no le hubiera importado.

Ahora solo quería que ella fuera feliz.

¿Qué pasó? ¿Cómo llegó a ser así?

Para empeorar las cosas, no podía imaginar cómo sería vivir sin Granger. La idea de vivir sin ella lo enojaba, sentía náuseas y se entristecía al mismo tiempo. Era un pensamiento realmente deprimente.

Su dulce y decadente sonrisaWhere stories live. Discover now