Ya sin una vida, su persona había sido comprada sin tener la opción de nada.
Solo había una salida.
¿Quieres vivir?
Fácil, mata para vivir
Sobrevive y al final serás libre
Solo si tienes suerte
Bienvenido a Matar para Vivir
♦ segundo libro de la...
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Narrador..
Su mirada puesta en aquel niño corriendo por el patio sonriendo feliz mientras jugaba con sus juguetes.
Jamás se habría imaginado terminar donde está, tener a mía como su mejor amiga y vivir en otro pais junto a Raziel cuál sinceramente al principio no le había caído muy bien hoy sabía que cuando se fuera lo estrañaria, ya eran buenos amigos.
Jay y aquel pequeño pelirrojo eran muy importantes para ella, el niño se había encariñado desde un principio con la peli rosa
Lucía sabía su historia y la vida difícil que había pasado Jay y Anton antes de conocerlos, sabía que no se merecían nada de lo malo vivido antes ni lo que querían hacerle los malos a Jay.
Aquel muchacho de pelo oscuro y sonrisa pícara la había salvado, era la luz en su oscuridad. Jay había pasado días junto a ella y su a tormentosa depresión ayudándola a superar la.
- ¿en que piensas? - Lucía levanto la mirada encontrando la sonrisa de Jay, aquel se sentó en el suelo junto a ella llevando su vista a su pequeño hermano
- en ésto, en nosotros... En tantas cosas - Lucía suspiro viendo sus manos, su mente era un lío de pensamiento desde aquella fiesta cual la había dejado completamente confundida
- ¿aún piensas en lo sucedido en aquella fiesta? - Lucía solo asintió dejando su cabeza apoyada en el brazo del contrario
- todo fue tan raro, parecía tan real.. - suspiro recordando aquellos ojos de color cielo, los brazos de Jay la abrazaron trayendo la nuevamente a la realidad
- se a la perfección todo lo que sientes por Dylan, Lu, pero tienes que saber que solo fue el efecto del acohol - aquella solo asintió dejando se abrazar posando nuevamente su mirada en el pequeño niño
- lo siento Jay - el nombrado la miro sin entender el que tenía que perdonar
- ¿que tengo que perdonar, linda? - le sonrió ladino acariciando su espalda, Lucía se separó para poder verlo a los ojos
- por lo que viste en el video esa mañana.. yo no estaba muy lúcida - Jay sonrió viendo arrepentimiento en su mirada y escuchar sinceras palabras de su parte