Matar Para Vivir [[ɢ ʀ ɪ ᴍ ᴇ ꜱ #2]]

~ 30 ~

Capítulo 30:

Narrador..

Aceleró el auto a fondo sintiendo el viento pegar contra su cara al tener la ventanilla baja y el zumbido que dejaban los demás autos al pasar junto a ellos al esquivar los.

Hacía varios minutos había podido dejar a los policías atrás logrando perderlos y despistarlos de su destinó.

Derrapó en una curva dejando las marcas de los neumáticos en el pavimento para adentrarse a una vieja carretera de tierra la cual estaba abandonada, la tierra se levantaba mientras pasaba a toda velocidad.

Una vieja casa escondida a las afueras de la ciudad era el destino de los muchachos.

Nicolás había sido el primero en llegar teniendo los nervios de punta al no saber nada de sus amigos. Pero rápidamente salió afuera con algunos de sus soldados al escuchar un auto frenar de golpe afuera.

  — ¿pudiste perderlos? — pregunto apenas Raziel bajo de su auto y entraban a la casa, unos de los muchachos de Nicolás se encargaría de esconder el auto

  — ¿y porque creés que estoy aquí? — el mal humor era evidente en el morocho. Raziel se quitó la chaqueta que suponía ser de policía dejándola caer a un costado

  — somos los únicos en llegar.. Esperemos que estén bien — suspiro dejándose caer en unos de los sillones de la sala

  — es una mierda ¿cuando se nos fue de las manos? Teníamos todo controlado — aquel con furia se quitó el chaleco antibalas lanzándolo contra la pared

  — les había advertido que no sería fácil, mark es muy impredecible — Nicolás les había advertido que no sería fácil enfrentarse contra mark, aquel viejo era muy impredecible.

El peli negro tomó su teléfono mandando un mensaje rápidamente, no podía quedarse con los brazos cruzados y esperar hay sentado tranquilamente.

  — ¿que hacés? — pregunto curioso Nicolás sentado en su lugar

— mandaré a mi gente a registrar la casa de las chicas, necesito saber que ellas están bien. No puedo quedarme con los brazos cruzados y actuar como que nada pasa — lo vio seriamente Raziel, le importaba bien poco si a Nicolás no le gustaba la idea pero necesitaba saber que mía estaba bien al igual que Lucía y el pequeño Anton.

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  — ¿que crees que haces? — vió de reojo a Jay, el cual había pasado al asiento del acompañante

— ¿tienes algún otro modo de frenar el sangrado? — increpó Jay para luego quitar su remera y con esta presionar la herida de la cadera de black

Aquel apretó los dientes sintiendo un agudo dolor cuando su herida fue presionada

  — joder... Eres un maldito imbécil — jadeo apretando con fuerza el volante, vio como se empezaba a nublar su vista.