El Fénix [Wigetta] #1

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Una mañana apagada, con una fuerte vastica de aire frio y un cielo complemente nublado. Los días solían ser fríos llenos de aire helado y cero días soleados.

-¡Samuel! Despierta.

-¡Mamá! No quiero ir a la escuela, no vez que me odian ahí -dijo Samuel mientras que levantaba una almohada para lanzarla a su madre.

-¡Samuel! No seas inmaduro y levántate, ya me tienes harta, tengo trabajo y no puedo estar soportando tus berrinches de niño infantil.

-Mi vida es un fiasco -dijo Samuel tapándose la cara con una almohada.

Samuel siempre tenía que levantarse de mala manera, su vida no le permitía salir corriendo y gritar que era libre, siempre tenía que estar sobre los pies de los demás.

-Hijo ahí está el desayuno -dijo su madre señalando el plato de comida en la mesa color marrón.

-No quiero desayunar -dijo Samuel separando a distancia el plato de cereal.

-¡Pues no desayunes, ya me voy! -dijo su Mamá seguido de un beso en la frente.

Samuel frunció el seño y despidió a su madre de una manera veloz.

«¿Por qué mi vida suele ser tan difícil?, enserio, no sé porque la gente me odia tanto ¿algo hago mal?, quiero ser aceptado como todos, quiero ser normal»

La gente caminaba rápido, algo pasaba o era porque estaba haciendo mucho frio. El cielo estaba nublado y el viento helado, las gaviotas y los pájaros volaban en grupo alrededor del cielo mientras la brisa abrazaba la piel de las personas.

-Lo siento -dijo un señor desconocido que pasaba caminando por un lado mío.

-No se preocupe, no fue nada -respondió Samuel de manera educada y continuo con en su camino.

Samuel al mirar el suelo, vio algo brillante, supuso el que se trataba de un aniño o una moneda, se agacho y lo recogió con su mano derecha. Con delicadeza miro de que se trataba.

-¿Qué es esto? -se pregunto. Quiso llegar a una conclusión de que se trataba, pero su pobre conocimiento sobre mitología lo dejo confundido.

-¿Un ave? -dijo entre dientes-, Seguido de alzar la ceja derecha.

La pequeña distracción que sufrió Samuel ocasionó que este llegara tarde a su escuela, los maestros eran muy exigentes con ese asunto.

-¡Mira a quien tenemos aquí! ¡Es Samuel marica Luque -Dijo Frank Seguido de un empujón.

''Las personas que sufren de bullying es ocasionado la mayoría de los casos son ocasionados por un grupo de amigos que quieren verte destruirte a ti mismo. Las lágrimas pueden ser la última opción, sus golpes y sus humillaciones no acabaran hasta que te vean totalmente destruido''.

-¡Para por favor! ¡Me duele mucho! ¡No! -exclamaba Samuel con dolor, sentía cada golpe, patada e insulto como si fueran miles de apuñaladas.

La desesperación de Samuel se hacía notable en los gritos que este hacia, ya no podía más, sentía que su vida podría acabar en ese mismo momento. Pero la agresión de los compañeros no paraba.

-¡Yo nunca hice nada para merecer esto! -exclamo sollozado, su nariz sangraba al igual que su boca.

-¡Si sigues existiendo te ira peor! ¡Marica! ¡Desaparece! -exclamo Alex con odio.

Los ojos de Samuel se podía mirar la ira, pero al mismo tiempo el odio. Su corazón se empezaba a oscurecer, su sentido del humor se empezaba a esfumar.

-¡¿Eso quieren!? ¡Pues lo hare! Desapareceré -exclamo Samuel con fuerza, el eco del baño hacia resonancia.

''Las malas decisiones siempre son tomadas cuando nuestro corazón esta triste y con ira adentro de él. Tus pensamientos no suelen ser tu mejor aliado, pero si tú haces que el camino lo tome el cerebro iras a dar a un lado de tu vida que nadie quiere conoces''.

-¡Estoy Listo! ¡Quiéreme mundo!¡ No soy tu puta sombra, soy una persona y merezco respeto! pero si no lo puedo obtener, me tendrás que perder a mí -exclamo Samuel con ira y desesperación desde la altura de un puente de 30 metros.

-¡Alto! ¡No lo hagas! -grito un joven de facciones suaves-, tú vales más de lo que vale una estupidez, puedes ser feliz si te lo propones.

-¿y quién eres tú para decirme que hacer? -exclamo molesto Samuel, estaba con los ojos llenos de lagrimas.

Las manos de Samuel empezaban a sudar, él tenía en sus manos, aquella ave que se había encontrado en la calle, creía que si un ave puede volar, él podía hacerlo también, ¡sí!, volar de la sociedad y de las críticas.

-Tal vez no soy nadie, pero soy una persona que te quiere ayudar, quiero que salgas adelante y no te dejes vencer por esta situación.

-¡No valgo nada! Solo soy un estorbo para los demás, por eso me golpean, ¡Ya no quiero sentir más dolor! -la voz de Samuel era quebradiza.

-¡No eres un estorbo! Eres una persona libre, que debe ejercer una vida llena de felicidad, tenlo en cuenta. ¡Baja de ahí! -ordeno el joven.

La mente de Samuel comenzó a des nublarse, al parecer al fin había tomado conciencia de el acto que estaba por cometer.

-¿Cómo me bajo de aquí? -pregunto Samuel dudosamente.

-¡Espera! Deja ayudarte -dijo él joven subiendo un pequeño escalón para poder sujetar la Mano de Samuel.

Los pies de Samuel pisaron concreto firme y sus lágrimas empezaron a soltarse más fuerte.

-¡Muchas gracias! Me has abierto los ojos, eres un ángel -dijo Samuel dando un fuerte abrazo al chico salvador.

-No es nada, pero sinceramente no iba a dejar que te quitaras la vida por una estupidez -dijo el joven misterioso-, ¿Qué es eso? -pregunto curiosamente.

-Es un ave, sinceramente no se dé que clase, pero tengo entendido que emitía fuego -contesto confundido Samuel.

-Es un fénix -respondió el joven misterioso.

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El Fénix [W]Onde histórias criam vida. Descubra agora