➳El Fénix [Wigetta] #15

2.6K 261 21
                                    

El momento incomodo donde Guillermo saco su lado oscuro fue cuando Samuel se dio cuenta que todos tenemos doble cara. Guillermo tenía esa actitud de impulsivo y dar respuestas tirándolas sin importar el dolor que estas pueden causar. Samuel creyendo que tal vez Guillermo le podía dar la tranquilidad que el necesita.

Los últimos días Samuel se sentía nervioso y poco seguro de si mismo, tal vez es por las llamadas que recibe a media noche, él no le había contado nada a Guillermo por el temor de como Guille reaccionaria.

—¿Quieres que te llame un taxi? —pregunto el mesero mientras se levantaba—. Aproveche que luego ya no hay taxis disponibles.

—Okey, gracias —dijo Samuel con una sonrisa.

Samuel miraba el aniño que Guillermo le había dado, se lo coloco en su dedo y vio que se veía hermoso. Un aniño de oro con un cristal color lila en medio.

—Es hermoso —dijo Samuel entre dientes.

—¡Listo! El taxi llega en 15 minutos.— por la puerta entro el mesero.

—Gracias…

 «Guillermo, porque nunca eres una persona normal, con la que yo pueda confiar, siempre tengo que estar bajo tus reglas»

Habían pasado los 15 minutos pasaron de manera veloz mientras la noche empezaba a ponerse fría. El destino de Samuel no sería la casa de Guillermo si no la casa de su…Madre.

—Ten —dijo el mesero extendiendo su mano con un papel.

—¿Tu numero? —Samuel levanto la ceja.

El mesero solo se rio y se metió de nuevo al restaurante.

—¿A dónde lo llevo? —pregunto el taxista.

—Calle Vicente morilla entre las rosas de Cristóbal numero #45 por favor.

«No tarde ni 20 minutos de camino, el restaurante quedaba más cerca de la casa de mi madre que la de Guillermo.

La casa se veía opaca y su color comenzaba a descolorarse. Esa casa…era mi herencia, entre a la casa donde permanecían los muebles, prendí la luz y…el novio…de mi madre estaba parado enfrente de mí »

—¡¿Qué hace aquí?! —exclamo Samuel.

El soltó una carcajada mientras se daba la vuelta.

—Hay niño estúpido… —respondió este—. Supe que te vas a casar.

—¡Eso no te incumbe! —exclamo Samuel de manera agresiva.

—¡A mí no me andes respondiendo así mocoso! —el hombre se acerco y lo sujeto del cuello mientras lo apretaba.

—Su…el…tame.— la voz de Samuel se perdía en la presión de la mano del hombre.

El hombre lo sostenía desde un altura mientras que Samuel perdía el poco aire que tenía, el hombre lo sujetaba con fuerza y al parecer su misión seria…Matarlo.

El Fénix [W]Where stories live. Discover now