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☕️ «De cuando la muralla tiene sus primeras grietas» ☕️

— Entonces, ¿cuáles son esas fantásticas noticias? — pregunta Sehun, dedicando una sonrisa a la chica frente a él.

La noche está cayendo fuera del restaurante, la temperatura está descendiendo y la clientela abarrota de poco en poco el lugar. Jongdae va y viene por el sitio junto a su personal, repartiéndose las tareas para atender a los presentes, sin descuidar por mucho tiempo la mesa de su amigo. Nunca le ha extrañado ver a Sehun acompañado, aunque admite que le sorprendió advertir su aparición junto a aquella chica en particular.

— Tae Woo está reuniendo bailarines de apoyo para el Dream Concert — espeta Irene — Me llamo hace unos días, quiere que me una y le ayude a conseguir gente —

— Se supone que me dices esto, ¿por qué...? — pregunta el rubio, haciendo un esfuerzo por contener la emoción que ya ha comenzado a formarse en su interior.

— Le he dicho a Kasper que lo harías, claro — dice y espera verlo reaccionar.

El grito de júbilo que Sehun libera consigue atraer la atención de varios clientes a su alrededor, no es posible que contenga lo mucho que le emociona haber sido considerado para un evento tan importante, así que las miradas extrañadas o molestas realmente no le interesan. Irene lo observa entusiasmada y una parte de ella no puede evitar advertir lo mucho que ha cambiado el rubio desde la última vez que le vio.

Ha pasado un año desde aquella ocasión, ha crecido y su cuerpo da muestra del trabajo duro que ha estado realizando, pero hay algo más. Una especie de halo que Irene no puede explicar, pero que rodea a Sehun de un modo en que casi parece hacerlo brillar. Se pregunta si después de tanto, el rubio ha conseguido encontrar a alguien especial o si sigue siendo el veinteañero desenfrenado que ella conoció.

— ¿Conozco a alguien más de los que participarán? — pregunta Sehun, al cabo de un rato. Irene asiente con la cabeza y le habla de los bailarines y coreógrafos que han sido seleccionados hasta el momento. Menciona a Jongin, compañero y amigo del rubio en el estudio de Taemin, y a un par de chicas que ha trabajado con ella en la Academia HOLIC de Busan.

La noche avanza, el festejo obliga a hacer el café de lado y ambos jóvenes coinciden en la idea de ordenar un par de tragos. Jongdae los invita amablemente a pasar al bar, luego de aparecer por su mesa llevando la tercera ronda de caballitos de tequila. No es que su amigo sea un mal bebedor, pero lo cierto es que Sehun no ha sido hecho para resistir más de un par de cervezas sin comenzar a reír por cada cosa que dice y entonar las canciones más ridículas que pasan por su cabeza.

Casi es hora del cierre cuando los dos amigos se levantan, dispuestos a volver a sus hogares. Irene ha bebido lo suficiente como para sentir las mejillas rosadas y Sehun necesita apoyarse en sus hombros para poder caminar. El dueño del restaurante no advierte el momento en que desaparecen, aunque no se preocupa por el dinero que su amigo ha quedado a deberle, sabiendo que lo verá al día siguiente.

Afuera, Irene detiene un taxi y agradece que su amigo sea capaz de brindar correctamente su dirección. Le llevará a casa, se asegurara que llegue al sofá de la sala y volverá al apartamento de su amiga, quien le ha alquilado una habitación mientras dure su estancia en Seúl. No pasa mucho antes de que el taxi se detenga, Sehun oscila entre la conciencia y el sueño mientras bajan del auto y hace caer las llaves al suelo cuando se detienen frente a la puerta de su apartamento.

— Demonios, Hun — se queja Irene, luchando porque el rubio se mantenga en pie, el tiempo suficiente para que ella abra la puerta — ¿Puedes resistir sólo un minuto? Casi lo logro —

Pequeñas reglas || HunHan ✔Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora