Pequeñas reglas || HunHan ✔

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☕️ «Viaje redondo a las estrellas» ☕️

Ocupar el apartamento al fondo del pasillo nunca había sido un problema para Sehun y es que, nunca antes de esa noche había sentido tanta prisa por alcanzar la puerta de su hogar. Los metros que faltan para llegar a ella, se convierten en kilómetros mientras los labios del pelinegro entre sus brazos, se ocupan de regar besos a lo largo de su cuello y sus manos suben y bajan, acariciando su pecho.

No deber ser fácil recorrer el corredor de espaldas, pero Luhan no parece temer que un mal paso lo haga caer, porque sabe que en cuanto tropiece las manos que rodean su cintura se encargaran de sujetarlo. Por alguna razón, su cabeza parece creer que la analogía es aplicable para algo más que caminar, aunque en esos momentos el chino no es capaz de pensar con coherencia.

Por fin, su espalda se apoya torpemente contra la puerta del apartamento y Sehun se las ingenia para seguirlo tomando por la cadera mientras busca con la zurda el manojo de llaves que guarda dentro del bolsillo de su pantalón. Se le ocurre que el mayor podría facilitarle mucho las cosas si hiciera una pausa en su sesión de besos, aunque él no es quién para pedirle que detenga algo que su cuerpo está disfrutando.

— Auch — se queja Luhan, en el momento en que Sehun tira del picaporte, olvidando que la puerta se abre hacia afuera y golpeando por accidente la cabeza de su pareja. Una sonrisa burlona atraviesa los labios del pelinegro y con fingida molestia, termina empujándole para hacerse a un lado e ingresar en el lugar.

Siempre le ha gustado el hogar de Sehun, con sus habitaciones pequeñas, los muebles oscuros y unas cuántas macetas regadas por aquí y por allá. No hay muchas fotografías, pero los pocos cuadros que cuelgan de la pared muestras paisajes urbanos que debieron atraer la atención del rubio en algún momento. No es realmente especial, pero para Luhan aquel sitio se siente como un hogar.

— ¿Sabes? Antes, mientras bailabas, unas chicas a mi lado se preguntaban qué tan buenas serían tus habilidades fuera del escenario — comenta Luhan, plantando a medio camino entre la sala y la habitación. Tiene el cabello despeinado luego de su ajetreada entrada y los labios húmedos de tanto besar al menor.

— Estoy intentando descifrar porqué piensas que me importan unas tontas chicas, teniendo al hombre más jodidamente caliente en frente de mí — responde Sehun. Sus ojos no parecen capaces de apartarse de los labios del otro y una sonrisa se dibuja en su rostro cuando un sonrojo baña tiernamente sus mejillas.

Antes de recordar que es lo que quería decir con aquel comentario, Luhan se ve aprisionado por los brazos de Sehun y en el momento en que sus labios se encuentran, no parece que exista nada más allá del beso que han comenzado. Las manos del otro se deslizan por su cuerpo hasta amasar su trasero y en correspondencia, sus propios dedos comienzan a buscar el borde de su camiseta.

Para cuando la habitación los recibe, Luhan ya ha lanzado lejos la prenda del menor y está bastante ocupado intentando soltar el botón de su pantalón. Sehun no le ayuda y es que, le fascina la idea de permitir que el ciervo lo desnude y descubra por si sólo todos los detalles que componen su cuerpo, así como él ha hecho desde que descubrió que había caído profundamente enamorado del chino.

No es posible que el pelinegro sepa lo que está pensando, pero mientras sus manos tiran del pantalón y sus ojos castaños recorren en el cuerpo del coreano, Luhan se fija en las pequeñas cosas que antes no había notado. Los abdominales marcados, el ancho impresionante de los hombros, las venas resaltadas en los brazos y una fina, muy fina capa de vello descendiendo desde el ombligo hasta debajo del bóxer.

Desde su primer encuentro, el rubio había sabido que Sehun era atractivo, no obstante, es en ese momento en que su cabeza parece añadir una nueva palabra a la descripción que tiene formada del hombre y es que, si antes no lo ha hecho, ha sido simplemente por el miedo que le provocaba adjudicar tal adjetivo a una persona con la que se limitaría a follar.