JungKook, un hombre de veintiocho años, viudo y con un precioso hijo de cuatro años viviendo solos en una pequeña casa que tenía todas las comodidades. No había ningún problema en realidad, todo estaba en orden en la vida de Jeon hasta que surge un...
—No puedo creer que en serio este haciendo esto...—hablaba en voz baja para no despertar a su hijo que dormía detrás de él en lo que era su cama. Sus manos con rapidez se movieron en el teclado mientras seguía refufuñando.— "Páginas de niñeras con buena reputación" Buscar. —Y dió click en el buscador, llevándolo rápidamente a una página en blanco antes de que su internet cobrará vida y enseñará la colorida página. — No puede ser... ¡Hay muchísimos! — dijo mientras bajaba y bajaba en la página.
Sus ojos ardían demasiado gracias a la luz que otorgaba la laptop enfrente de él pero eso era demasiado leve a comparación de laspunzaciones que su cabeza empezó a sentir después de ver tantas caras, mayormente de mujeres. Vió que en la página aproximadamente eran veinticinco niñeras en busca de empleo, así que, solo le quedó suspirar y volver al inicio de la página para empezar a ver uno por uno cada currículum.
— Décimoquinto currículum y ya estoy harto. — se dijo para sí mismo a la vez que soltaba pequeños lloriqueos.
Pasaba y pasaba currículums y todos eran lo mismo, ni una diferencia, ¿Y lo peor? De esas quince mujeres que ha leído solo seis tenían las cinco estrellas completas y buenas reseñas. En serio que estaba harto, incluso su dedo índice dolía de tanto dar click en su laptop para pasar de currículum.
Ya estaba a nada de dormirse, cabeceaba muerto de sueño cuando se encontró un currículum de un chico, el cual sonreía en su foto de perfil de una manera bastante tierna y que, sin entender por qué, le parecía conocida. Con curiosidad dió click en ese apartado, leyó detenidamente lo que ofrecía el chico, y vaya, parecía ser aclamado por las madres y padres de familia. ¡Sus reseñas eran excelentes!
Se quedó mirando la pantalla de su laptop, ahora sin saber qué hacer. No se esperaba poder encontrar a alguien que cumplan con sus expectativas tan rápido —no tan rápido, en realidad— en esa página.
— Pa, ven a mimir. — comentó su hijo detrás de él con su vocecita algo aguda y chillona por el sueño.
Y lo decidió, dió click en el correo del chico y empezó a escribirle un pequeño pero conciso correo sobre si le gustaría cuidar a un niño de cuatro años, sus cuidados y demás. Finalizó ese mensaje con su número telefónico y por fin bajo la tapa de su laptop.
Suspiró con cansancio puro consumiendolo poco a poco, pasó sus manos por su cara antes de levantarse y escuchar la tierna voz de su pequeño llamándole nuevamente para que fuera con él.
— Pa, te estaño. — vio como su hijo dió varias palmaditas al lado suyo, lo cual lo hizo sonreír.
— Ya va papá, ya va.
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Estoy muy emocionada por empezar esta historia, en serio HDJSBSH. Espero que le den mucho amorcito, les doy esto para que tenga una cuarentena liviana.
