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TaeHyung mordió su labio inferior, incapaz de mirar a la persona que había llegado, curiosamente, temprano de su trabajo y que ahora se encontraba sentando detrás de él sin quitarle la mirada de todos sus gestos o movimientos mientras cocinaba lo que iba a ser la cena de SooBin y él, pero ahora también de JungKook.

La mirada oscura de su jefe lo tenía tan nervioso que sus manos temblaban levemente cuando agarraba los vegetales y con cuidado los echaba al sartén.

Escuchó un carraspeó detrás de él, haciendo que lo mirará de reojo desde donde estaba.

—No me preguntaste hoy cómo me fue... —JungKook habló de manera distraída, intentando crear un tema de conversación.

Jeon podía verse desde el exterior sumamente tranquilo, pacífico e incluso distraído, pero internamente su cabeza estaba hecha un enorme caos; con mil preguntas y cero respuestas, muchos recuerdos y pocas caras, demasiado amor y un desconocido corazón roto en un centenar de pedazos. Desde que había empezado a replantearse en qué, posiblemente, su primer amor no-recordado era protagonizado por TaeHyung y él, en automático su mente se había vuelto más perceptible al niñero en todo sentido.

—Si te pregunté... —pudo notar como su jefe fruncía el ceño al escucharlo, haciendo que lo aclarara con rapidez —Pero desde que llegaste no haz dejado de mirarme, prácticamente ignoraste mi pregunta.

JungKook volvió a carraspear pero esta vez con más fuerza que la anterior. Había sido descubierto y ni siquiera sé había dignado a disimular un poco su excesiva mirada en el niñero.

—¿En serio hice eso? —Tae asintió —Lo lamento, he estado demasiado distraído pensando en otras cosas.

Sé extraño ante las palabras de su superior, esta vez girando su cabeza para mirarlo con duda. Era raro decir que lo conocía desde hace casi una década, pero está vez, podía decirlo y afirmarlo; él nunca, en lo que recuerda de su tiempo de amistad y relación, nunca era ese tipo de personas que se la pasaban doce horas en su mente  y las otras doce horas durmiendo en la cama.

La única vez que recuerda que lo vio así, fue días antes de que JungKook le dijera el nombre del la nueva dueña de su corazón.

Pero claro, siempre existía la posibilidad de que esa persona de ojos brillosos sentada detrás de él haya cambiando radicalmente en todo ese tiempo.

—¿Y eso? ¿Tiene que ver con que hayas vuelto temprano? —ambas miradas chocaron por algunos segundos, haciendo que automáticamente TaeHyung volviera a poner atención a lo que hacía anteriormente.

—En una parte sí... —un dulce sonido escuchó de parte de TaeHyung cuando dejó de hablar, así que lo tomó como si lo incitará a ello. —Estuve platicando con mi mejor amigo sobre algunas cosas que me tenían algo confundido, pero termine peor de lo que estaba.

—No fue de gran ayuda, ¿Verdad? —tomo la pala de madera que había a su lado y empezó a revolver con cuidado los ingredientes que había en el sartén.

—Sí lo fue, por eso termine aún más confundido. Fue como tener una revelación, ¿Sabes?

TaeHyung rio con suavidad al escucharlo, quiso indagar más en aquella "revelación" pero decidió mejor no meterse en esos asuntos, pensando que probablemente le incomodaría a su jefe. Al principio, había estado tan nervioso y ansioso de que JungKook estuviera viéndole o siquiera que haya regresado a casa una hora antes de lo habitual, que lo habían mantenido bastante callado gracias a la incomodidad, pero pasando el tiempo pudo relajarse de manera inconsciente y olvidar por un pequeño momento todo su pasado con ese hombre de cabellera azabache.

¡Papá! ||| KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora