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—¿TaeTae? ¿Qué tienes?

La voz de SooBin hizo volver a la realidad al niñero, quién se había congelado en su lugar sin dejar de ver a la hermosa mujer cargando al bebé con esa preciosa sonrisa en sus labios cereza. TaeHyung apretó al niño en sus brazos en busca de un  consuelo a su pobre corazón que había comenzando a doler de manera punzante en el lado izquierdo de su pecho.

—E-Era muy bonita, ¿Verdad? —preguntó con la voz entrecortada.

—¡Muy bonita, Hyung! —presumió el niño — ¡Tanto cómo tú, TaeTae!

"—No soy la mitad de lindo comparado a ella... ¿Por qué razón se quedaría conmigo, JiMinie? ¿Por qué razón me besaria? —sollozó en los brazos de su mejor amigo, quién solo atinaba a acariciarle el cabello en su nuca y darle pequeños besitos en su coronilla en modo de consuelo."

TaeHyung sabía que SooBin era inocente a todo lo que su cabeza estaba reproduciendo tal cual película y al dolor que le estaba ocasionando a su corazón esos recuerdos. Lo sabía, pero era inevitable no sentir ese agrio sentimiento inundar todos sus sentidos conforme a los recuerdos olvidados iban chocando contra su mente; como si fueran olas colapsando contra grandes rocas.

Pero esta vez, el choque de las olas era tan fuerte que su corazón estaba siendo lastimado por esas gotas marinas transformadas en afiladas dagas.

—G-Gracias, corazón. —respondió con la voz baja. Con dificultad, dibujó una sonrisa en sus labios para que el menor no notará su lamentable estado de ánimo. —Vamos a comer, ¿Sí?

SooBin asintió con entusiasmo, se abrazó al cuello de TaeHyung y cuando éste se giró para ir a las escaleras, el más pequeño con una de sus manos se despidió de la imágen de su madre sin hacer ningún sonido.

° ° ° 👔 ° ° °

TaeHyung dejó un besito en la frente del menor viendo cómo sonreía de manera somnolienta ante la suave presión en su frente, sus manos temblaron levemente al tomar la cobija de ositos para tapar al menor hasta el pecho, dejándolo bien abrigado. Antes de levantarse de la cama, estiró su brazo hacia la lámpara que había a lado de la cama de SooBin en un buró, tomó la cadenita de ésta y la jalo con delicadeza hacia abajo, atenuando la luz en la habitación.

—Descansa, SooBinnie. —se levantó de la cama y con sigilo fue a la puerta para salir por esta, cerrándola tras de sí con el mismo cuidado.

No era tan tarde, apenas y estaba oscureciendo, pero como el pequeño azabache seguía en un mal estado —no como antes— lo recomendable era que descansará. Calculaba que faltaba menos de una hora para ver a su jefe, a JungKook.

JungKook...

Al salir de la habitación, tomó el valor suficiente para ir directamente hacia donde estaba esa imágen de JooHyun en el pasillo y poder contemplarla una vez más. Ahora que estaba, nuevamente, en frente de ella volvía a entender el porqué JungKook se enamoró perdidamente de ella.

—Nunca en mi vida me imaginé que cuidaría a tu hijo... —le habló al aire, aunque todo iba dirigido hacia la mujer en el portaretratos. —Le diste a JungKook el hijo que tanto quería, el cuál yo nunca podría dárselo. —su voz tembló. —Lamento tanto que hayas muerto, JooHyun. —habló con verdadero pesar. Nunca pudo y nunca podrá odiarla, esa mujer era un ángel que había caído a la tierra.

Con una última mirada de sus ojos llorosos, se despidió silenciosamente de la hermosa mujer y fue directo a las escaleras, quería alejarse de ahí.

¡Papá! ||| KookTaeWhere stories live. Discover now