vampire. [ bnha × oc ]

capítulo 1.6

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THOMÁS SEGUÍA ENTRENANDO TODO LO QUE PODÍA, intentando concentrar la energía en dos zonas de su cuerpo con la misma potencia y poder llegar a dar golpes casi tan fuertes cómo los de Endeavor. casi no pasaba tiempo en la casa de Krovyanka, estando allí aquellas tres veces por semana para estudiar y luego volvía a su hogar para practicar tan intensamente que llegaba a preocupar a sus padres.

comenzó a hiperventilar en un momento, concentrado únicamente en su poder y la fuerza que había conseguido alcanzar que su celular sonando lo asustó, escuchando la estridente música de este.

"¿hola?" preguntó, ya que no había ni leído el nombre.

"imbecil. soy yo"

Thomás sonrió al escuchar su grave voz, imaginando su ceño fruncido y sus labios apretados.

"¡Bakugou! hola, hola. ¿en qué te puede ayudar este humilde extra?"

"tonto... agh, entrena junto a mi." Bakugou apretó el puente de su nariz fuertemente, sin creer lo que le estaba proponiendo a ese "tonto".

"¡claro! me encantaría practicar junto al gran Katsuki-"

"¿¡quién te dio el permiso de llamarme por mi nombre!?"

"llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío."

Katsuki tragó pesadamente y se quedó en silencio durante unos segundos, entendiendo a qué se refería el chico al pronunciar aquellas palabras. comenzó a sentir una extraña presión en su pecho, enojandose al instante.

"bien. pasame la dirección de tu casa y estaré allí mañana a las cuatro." colgó apenas terminó de hablar, volviendo a respirar con normalidad, y cómo si no lo controlara, su mente pensó que debería vestirse bien sin saber por qué.

Thomás sonrió y le mandó un mensaje al rubio con su dirección, junto a un emoji mandando un beso al final, con el propósito de molestarlo. se tiró en su cama aún conservando una sonrisita tonta, digna de un chico que gusta de otro pero él no tenía miedo de sus sentimientos, desde que lo vio sentarse en las primeras filas mientras gritaba, sus ojos no pudieron separarse de él. deseaba verlo al menos una vez con una sonrisa exclusiva para él; imaginó cómo se verían sus mejillas, probablemente sonrojadas mientras que sus ojos se mantenían cerrados y sus manos unidas, manteniéndose calientes entre ellos y sin querer, prefirió creer que el entrenamiento que tendrían el día siguiente podría considerarse una cita.

durmió tranquilamente pero controlando la emoción perceptible que recorría su mente aún dormido.

se despierto cuándo su madre entró a su habitación, ya que el chico nunca era de dormir tanto en un fin de semana, pero se estaban acercando las doce del medio día y él aún no aparecía.