vampire. [ bnha × oc ]

capítulo 3.25

|I{•------» 𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐 «------•}I|

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YURATCHKA, con 25 años, veía desde su asiento en el sofá con sus piernas cruzadas y su rostro serio, a una Gin de 23 años, quién lo miraba con adoración en sus cristalinos ojos con su cabello violeta completamente mojado debido al sudor. sus rodillas desnudas golpeaban el piso de madera, desde hace dos horas que mantenía esa posición, quería sentarse al lado de su esposo y recordarle cuánto lo amaba...

- ¿ya pensaste en tu excusa?

la fuerte y gruesa voz de Yuri heló sus orejas, pero manteniendo su cabeza hacia abajo contestó:

- no es una excusa, te aseguro que no lo volveré a decir, so-solo quería saber tu opinión, si no estás de acuerdo no lo haré.

por el otro lado, la voz de Gin se encontraba completamente rota y aguda, entrecortada debido al nerviosismo y las ganas de llorar que sentía. la mano de Yuratchka se acercó a su mandíbula y la levantó hasta que la mujer pudo observar aquellos hermosos ojos negros, y en su perspectiva de la realidad, estos la miraba con completo amor, haciéndola sentir querida por un hombre tan perfecto.

- ¿acaso crees que nací ayer?... contéstame. - ordenó con severidad cuándo Gin mantuvo el silencio por unos segundos de más.

- no, claro que no. - contestó desesperadamente, queriendo que él crea en su palabra.

- creyendo que podrás ser una heroína... - comenzó, manteniendo un tono burlón. - ¿quién te dijo que eres tan fuerte cómo para que te lo creyeras?

la mano que sostenía su mandíbula comenzó a apretar cada vez más, sacandole un quejido de dolor.

- n-no lo creo, solo quería que lo supieras ¡no planeo seguir un camino que me separe de ti!

el hombre sonrió al escucharla pronunciar esas palabras, completamente complacido por la devoción que ella le daba de una forma tan gratuita... pero no era suficiente, necesitaba un seguro para saber que por un largo tiempo ella no pensará en dejarlo.

tomó sus manos y comenzó a levantarla con cuidado, logró que ella se sostuviera en aquellas piernas tan débiles luego de que su esposo accidentalmente se las rompiera. pasó las piernas de ella sobre las suyas y la sostuvo de la cintura contra su cuerpo, acortando la distancia, sabiendo que aquellos detalles a ella le encantaban.

- dímelo. - ordenó mirándola fijamente a los ojos, para asegurarse de que no se atreva a mentirle.

- te amo, Yuri.

su voz salió segura y con un tono maternal, al instante en que él pronunció aquellas palabras. él sonrió con una maldad imperceptible y acercó sus rostros.

- si de verdad me amas... - ella asintió, ansiosa ante su propuesta. - no te molestará tener un hijo mio, ¿cierto?

el mundo de Gin se paró al instante. ella siendo madre, siendo madre cuándo nunca quiso tener hijos, nunca se sentirá preparada ¿cómo ella va a poder críar bien a un niño en aquella sociedad llena de villanos?

- n-no.

- ¿como?... - el rostro de Yuratchka mostraba una genuina sorpresa para luego pasar a una de tristeza, dónde sus ojos comenzaron a almacenar lágrimas con rapidez. - ¿acabas de rechazarme? Gin... pero dijiste que me amas.

con sus brazos rodeo la espalda de ella y escondió su rostro en su pecho, al punto de comenzar a llorar debido al rechazo de la mujer. sentía el abandono de ella persiguiendolo, acechandolo y recordandole que en cualquier instante ella se iría. no lo podía permitir, era su mujer, ella se debía mantener a su lado durante toda la vida. si a Gin se le ocurría irse, él la encontraría en cualquier país.

los manos de la mujer comenzaron a acariciar su corto cabello gris, en un intento de tranquilizarlo.

- está bien. - susurró, con una profunda tristeza.

él la miró con una sonrisa de lado. en el fondo ya sabía que le diría que si al fin y al cabo pero no creía que tan fácil. tomó su cadera y acomodó su cuerpo sobre el suyo, comenzando.

Rodion nació el primero de octubre, y aunque Gin no estaba convencida al principio del embarazo, cuándo la imagen de su bebé sonriendo le llegó, se sintió la mujer más feliz del mundo. ella acababa de tener un hijo de Yuratchka Kyuketsuki. su hijo era precioso y sus trabajos crecían con el paso de los segundos, realmente había conseguido tocar el cielo con las manos.

...

el puño de Yuri impactó contra su mejilla, tirando su cuerpo contra el piso fuertemente. agradecía que su pequeño gran Rodia en ese momento estuviera durmiendo en su propia habitación. Yuri se subió sobre ella y no tardó en tomar su rostro con fuerza, clavando su mirada en ella con sus ojos rojos,

- ¿a dónde era que querías ir sola? repitelo.

- a nin-ningún lado. lo dije porque Rodion hace unos días dijo que le gustaba. - aseguró, con sus mejillas llenas de lágrimas y sintiéndose al borde la muerte.

su cabeza golpeó de una manera dura y seca contra el piso, provocando que ella se mordiera la lengua para no sollozar por el dolor.

- desde mañana trabajaras desde casa, desde aquí dónde puedo verte. no saldrás por la puerta principal bajo ninguna circunstancia, ¿entiendes? - Gin asintió al instante. - fui muy permisivo contigo, un grave error.

él se levantó y sacudió levemente la zona de las rodillas. miró a la mujer desde su altura, sintiéndose tan bien al verla ser dominada por él.

- vamos a dormir, cariño. - murmuró con una sonrisa, extendiendo su mano para ayudarla a levantarse.

...

cuándo Yuratchka confirmó que Rodion había heredado ambas particularidades se acabaron los días felices para el primer hijo del matrimonio. el hombre le había negado la salida de la casa tanto a madre como hijo, manteniendolos allí dentro bajo su vigilancia y atentando tanto cómo él quisiera contra aquellos dos. al fin y al cabo eran de su propiedad.

sentía tanto poder sobre aquel niño, ver sus expresiones de dolor cuándo usaba sus dones al mismo tiempo pero luego le molestaba tanto la sonrisa que mantenía apenas salía de la habitación. debía borrar esa sonrisa, consumir enteramente su ser para que no pueda sonreír más. que olvide esa aura gentil y bondadosa, él lograría exprimirlo por completo.

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