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Si fui mala. Rom me quiso de una manera tan especial, una forma que no se repite dos veces en la vida, el amó mis defectos, comprendió mis errores y me acepto con todos ellos. Estoy segura de que en un futuro, nadie me volverá a amar así, pero después comprendi que ese amor fue uno de niños.

Lo lastime tanto que ahora el no soporta tenerme cerca (hace que su rechazo se sienta tanto, que incluso me duele ver su nombre entre las relaciones que tiene con nuestros amigos en nuestras redes sociales). Hace un año, todavía era mi mejor amigo. Hoy, somos completos desconocidos

Antes, durante y un poco después de la relación me acostumbre tanto a recurrir a el cuando yo estaba mal, que ahora que no esta es mas doloroso sobrellevar las cosas sin sus palabras, sin su hombro.

Recuerdo que en el verano pasado intentamos arreglarlo, el dio todo para reconquistarme. Incluso un día de esos el volvió a pedirme que fuese su novia. Acepté, yo le implore que fuésemos despacio con el amor y lo empalagoso, pero el aun no entendía que yo no estaba lista para entregar todo. No quería lastimarlo mas de lo que ya había hecho antes, quería alejarme poco a poco para que el estuviese bien y se diera cuenta de que podía vivir perfectamente sin mi en su vida.

Yo me sentía muy presionada (insuficiente), porque el decía que sin mi se moriría, se mataría, no viviría. Me sentía mas culpable aun, ¿como podía yo dar algo que no estaba dentro de mi?, mi corazón no era suyo por mas que intente dárselo, me force tanto hasta que me lastime a mi misma. Para mi ya no era sano saber que si yo estaba mal el se ponía peor, y si el estaba peor yo no podía salvarlo porque sinceramente, no me importaba hacerlo. Dios es grande. Adivinen quién terminó necesitando más a quien. 

El día que el volvió a pedirme que fuese su novia, yo asistía a un curso de estudio y desde que andábamos habíamos hecho la costumbre de que el iba a dejarme al centro (el sitio del curso), me esperaba y después de salir hacíamos algo rápido juntos; pasear por los pasillos del centro comercial, caminar alrededor de mi fraccionamiento, comer chocolates, probar postres raros de la panadería, hablar o besarnos y abrazarnos por largos ratos si había sido un mal día para alguno de los dos (Rom me amaba tanto, que no importaba si solo me vería 5 minutos, él hacia todo por verme y hacer que los disfrutacemos). 

Habían pasado ya casi 7 meses desde que terminamos oficialmente nuestra relación. Ese día de verano, recuerdo que era jueves. Nos íbamos a encontrar a medio camino para ir a mi curso. El me había pedido que llevase mi mochila porque me daría algo (yo de todos modos la llevaría, porque iría a comprar calzones jajaja). Cuando a lo lejos lo visualice, vi la caja enorme que traía en manos. Me asuste, pensé que me regalaría un conejo. 

Yo camine lento y un poco sacada de onda (mas bien mucho, porque realmente pensé que era un conejo y no sabia como iba a decirles a mis papàs), el se acercaba nervioso y con una sonrisa tan bonita, que siempre voy a recordar. Justo a medio fraccionamiento nos detuvimos (y ahora siempre que paso por ahí recuerdo ese momento), el estando de frente me saludo con un "Hola" y una sonrisa nerviosa. 

-Dime que no es un conejo. Dije toda seria y el se rió. 

-Ábrela si quieres saber que es. Me contesto nervioso.

Con miedo abrí la caja (que no sea el conejo), la caja que era café de papel corrugado y en forma cilíndrica. Era bastante grande para mi mochila ¿para que me pidió la mochila?. La tapa por dentro revelo todo. En una hoja blanca, con plumón negro y con su intento de letra bonita decía: "¿Quieres ser mi novia?" (Hubiese preferido el conejo).

Yo entre en shock, quería decirle, gritarle yo no estaba lista, habíamos acordado ir despacio. Pero yo ya no quería volver a lastimarlo. Porque lo quería mucho como amigo, me importaba y sabia que ya tenia muchos problemas en casa, yo no deseaba causarle mas daño. 

-Si. Dije rápido y el me abrazo. 

No recuerdo si hubo un beso o algo mas, lo que si se es que después de mi respuesta me apresure en decirle que ya era tarde para mi curso y comencé a caminar rápido. 

Si se preguntan que contenía la enorme caja, recuerdo perfectamente que eran cosas que a mi me encantan. El me conocía perfectamente, sabia mis debilidades y fortalezas, lo que amaba y lo que no (el a pesar de saber esa información nunca la aprovecho para su beneficio personal). Dentro estaban varias sopas maruchan, las chips verdes, chocolates, kisses de avellana que el sabe que me fascinan, una cartera, una estuchera y un peluche de Polar (la seria de We Bare Bears), que también me encanta.

Si me preguntan que hice con las cosas (la comida me la comi, obvio), lo demás aun lo tengo y lo cuido mucho. Cuando fue un mal día y no tengo a quien recurrir, voy triste a la cama, me recuesto y ahí esta Rom, en el peluche. Abrazo a mi peluche toda la noche y me imagino que él está aquí.

Lamentablemente no resultó bien, días después yo decidí terminar de nuevo porque el m exigía mucho que fuese linda, que fuese romántica, pero yo ya no podía fingir otros 9 meses.

Rom, un chico que cumplió mis caprichos, mis necesidades, mis antojos, mis gustos, que cuido de mi, de mis hermanos, incluso de mis gatos cuando me fui de vacaciones. El realmente vale la pena, y deseo que alguna chica en el futuro se de cuenta. Cómo deseo que Dios me haga verlo feliz, enamorado, y que la afortunada lo vea cómo lo más precioso que tiene en su vida.

Ojos color café,
alma sabor a miel,
cuando decidas continuar
y de tu vida me vayas a sacar
no temas, no llores.
Seguiré buscandote por la noche

10 errores por los cuales...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora