❝ 𝓓 𝓞 𝓒 𝓔 ❞

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  Luego de despedir a Max, me puse a pensar que podía hacer para pedirle perdón a Mike.

  Quería que las cosas entre nosotros volvieran a ser como antes. No me había dado cuenta que tan importante era él para mí hasta que metí la pata.

  Y realmente fui un idiota.

  En serio se merecía una disculpa.

  Una de las grandes.

  Estuve muchísimo tiempo pensando el plan ideal, y se preguntarán ¿lo valió?

  Pues si, en su totalidad.

  Ahora solamente faltaba ejecutarlo.

❝ [ Mike ] ❞

  Me encontraba sentado en mi habitación, mirando al techo, pensando en lo único que podia pensar en ese momento:

  En Will.

  Y es que yo realmente quería odiarlo, quería pensar que el era una persona horrible, pero simplemente eso no era verdad. Aunque me haya hecho sentir una mierda yo sé que no lo hizo con intención.

  Suspiré intentando descansar mi cabeza un rato, pero eso se fue al caño cuando por el rabillo del ojo pude ver algo deslizarse por la ranura de la puerta, al girar mi cabeza descubrí que era un pedazo de papel.

  Fruncí el ceño y rápidamente me levanté para tomarlo entre mis manos.

  Lo que había recogido era específicamente un sobre en blanco.

  Instantáneamente pensé en Will al verla, y las ganas de abrirla disminuyeron ya que probablemente allí dentro estaría su elección definitiva.

  Connor o yo.

  Y presentía que la respuesta me iba a doler hasta el alma.

  Pero como soy masoquista la curiosidad me ganó, la hoja que se encontraba en su interior terminó siendo leída.

  Lugar: Enzos

Fecha: Hoy.

Hora: 8:00 p.m.

No faltes.

-Anónimo

  ¿Que diablos?

  ¿Que se suponía que era eso? ¿Una invitación? ¿Una broma? ¿Un plan de secuestro?

  De repente un pensamiento invadió mi mente.

  Esto podría ser de Eleven, o de Will, y yo estaba enfadado con ambos, y lo último que quería actualmente era verles la cara.

  Pero debo admitir que sería bastante inmaduro no querer arreglar los problemas.

❝ [ Will ] ❞

  Eran las 7:30 p.m., solo faltaba media hora para que Mike llegara y yo me encontraba revisando que todo se encontrara en orden.

  Había conseguido que los dueños del restaurante me prestaran su espacio para hacer la sorpresa por tan solo esa noche.

  Obviamente perder un día de un posible triunfo no me salió barato. Era todo al precio de trabajo gratis durante dos semanas.

  Es decir, trabajaría hasta no dar más y recibiría 0 centavos por hora.

  Pero valía la pena... o al menos eso esperaba.

  Tal y como le había escrito en ese insignificante papel, Mike se encontró allí.

  Exactamente a las 8:00 p.m.

And if I write you a letter? [Byler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora