¡Estoy en otro mundo! (Versión antigua)

156 - Pasemos Año Nuevo Otra Vez

"..."

Me levante por la mañana... Con algo de resaca, bebi demasiado...

Mire a mi alrededor y suspire aliviado, no hay rastros de Cindy.

Flor y Jia me abrazan desnudas, puedo notar que anoche fue muy, pero muy movido.

"Nn..."

"Huh..."

Ambas se despertar y me miraron.

"Buenos días hermosas."

Ambas se sonrojaron.

"Heh..."

Moví mis manos y masaje el trasero de ambas.

"¿R-Ryu-sama?

"¿Izumi...?"

Ambas me miraron muy sonrojadas, temblaron ligeramente antes mi mirada.

"Son alrededor de las 6 de la mañana, estaremos en esta habitación hasta las 12..."

Ambas pusieron sus manos en mi pecho cuando las acerque a mí.

"E-es muy vergonzoso..."

Flor no se atrevió a mirarme a los ojos.

"Sera mucho más vergonzoso de lo que imaginas."

La tome de la nuca y la bese de manera lasciva.

"N-no..."

Su respiración de volvió algo irregular mientras la besaba.

"¡E-espere!"

No me olvide de Jia y comencé a masajear sus hermosos picos.

Me separé de Flor y lamí mis labios.

"Me encanta tu sabor."

Abrase a Flor con fuerza.

"E-es un pervertido..."

Estaba completamente avergonzada, inclusos sus orejas eran rojizas.

"Claro que lo soy, soy muy pervertido, quiero verte completamente avergonzada, hasta el punto de que jamás lo olvides..."

Le hable al oído.

"Siempre que pienses en mí, recordaras esa vergüenza, me recordaras abrazándote, besándote y lamiendo tu cuerpo, jamás podrás olvidarlo..."

Bese su cuello, tembló levemente.

"Ryu-sama..."

La voz de Flor era muy fina, ni siquiera podía hablar correctamente.

Ella me miro con los ojos cristalinos...

"N-no más..."

Casi me olvido que sigo jugando con Jia.

"Tú también Jia."

Abrace su cintura y la acerque a mí.

"Eres solo mía, ambas son mis mujeres..."

Puse una sonrisa mientras veía sentía sus miradas llenas de deseo.

"Es hora de mi postre."

Me lamí los labios y las empuje.

No puedo contenerme más.

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Cuando me di cuenta, ya habían pasados las 6 horas.

Durante todo ese tiempo, goce completamente de sus cuerpo, solo se escucharon gemidos y gritos de placer.