Luego de que los hombres lobos recuperaran la piedra lunar, llegaron nuevos peligros a Seabrook. Primero, Zombies; luego, hombres lobos y ahora... ¿Vampiros?
Pero, esta vez, no solo hay un grupo. ¿Dos bandos? Unos a matar, y otros a proteger.
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Estaba caminando por los pasillos de la preparatoria. Ya había terminado el ensayo, que solo fue una pasada, y estaba buscando a los vampiros. Había pasado mucho tiempo y él aún no atacaba, eso me preocupaba mucho. Mientras más tardaba todo, se volvería más difícil. De la nada se empezaron a escuchar gritos. Los alumnos de Seebrock corrían por doquier. Y yo no podía usar mi velocidad, pues me verían. Así que corrí a velocidad normal hasta el lugar del cual huían. Había vampiros... y eran los seguidores de él. Como dicen los humanos... Luego de la calma, viene la tormenta.
- Ahí está una. - En cuanto su visión cayó en mi, usaron su velocidad para acercarse. Odiaba la ventaja que ellos tenían... Todo por ser vampiros puros. En cuanto me tuvieron, me arrojaron contra los casilleros. - ¿Dónde está la chica?
- No les diré nada. - Iban a volver a atacarme, pero esta vez pude esquivarlo.
- Si la quieres proteger, lo mejor será que nosotros la encontremos primero, y no él. - Dijo la chica.
Solo eran dos, pero eran peligrosos.
- Me da igual. No dejaré que se acerquen a ella. - Entre los dos me sostuvieron y me acercaron una de las ventanas.
- O nos dices donde está... o le darás un saludito al sol. - Luego de unos segundos dejé de sentir su presión.
Me di la vuelta, mientras me alejaba del sol, y vi a los chicos.
- Muy valientes. ¿Eh? - Dijo Verónica con ironía. Ella tenía un pedazo de madera en la mano, con el cual los amenazaba. - Dos sangre pura contra una convertida.
- ¿Qué podíamos esperar de ellos? Son solo marionetas. - El chico se liberó de Vero y se fue a atacar a Valen.
- Ve por ella. - Me dijo Verónica, mientras se defendía de la vampira.
Quien logró empujarla, en mi dirección.
- ¿Segura? - Le susurré.
- Estamos armados. Solo mantenla a salvo. No nos dirán nada si los matamos a ellos. - Luego de eso, volvió a pelear.
Mientras ellos peleaban, use mi velocidad para encontrar a Addison. Y lo que vi no era bueno. Los lobos estaban enfrente de Addison, y Zed, quien estaba raro, se veía más "peligroso". La estaban defendiendo de él. La estaban defendiendo de Víctor. Por más extraño que pareciera, aún no los había atacado. El jamás actuaba así. Ellos son lobos, él los odiaba. Según los chicos... los mataba.
Antes de que ocurriera, corrí por los pasillos hasta llegar detrás de él. Golpeé con fuerza el casillero que tenía al lado. Él se giró y yo saqué mis colmillos.
- Ya decía yo. Tres años persiguiéndome... esta no iba a ser la excepción.
- ¿Me extrañaste? Que bien... Porque yo no. Aléjate de ella.
