Luego de que los hombres lobos recuperaran la piedra lunar, llegaron nuevos peligros a Seabrook. Primero, Zombies; luego, hombres lobos y ahora... ¿Vampiros?
Pero, esta vez, no solo hay un grupo. ¿Dos bandos? Unos a matar, y otros a proteger.
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No sabía que decirle. No esperaba algo tan fuerte.
- ¿Qué? ¿Estás bromeando? - Con mi mano sequé sus lágrimas.
Su piel se sentía más helada que de costumbre.
- No, o no lo sé. - Se alejó un poco de mí, pero no la solté por completo. - Los chicos... - no continuó, dejo la frase en el aire.
- Ey, no me importa. ¿ok? Voy a arriesgarme. ¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?
- No lo entiendes. Si eso paso, y yo no lo recuerdo. No quiero que, de un momento a otro, mis recuerdos contigo se terminen.
- ¿Qué pasó exactamente? ¿Qué te preocupa tanto?
- Todo el cla piensa que soy la consentida de la presidenta. Y resulta que... me hipnotizo para que olvidará como maté a mi hermano.
- ¿Cómo estás segura de que es verdad?
- No lo sé. Ellos estaban tan seguros cuando me lo dijeron. Jamás me engañarían con algo así. Bueno, ya no sé de qué son capaces. Creí que eran mi familia.
- Me tienes a mi - La volví a abrazar. - y a todos los chicos. Eso fue el pasado, y ni siquiera estamos seguros de que sea verdad.
- Wyatt, todo el clan no puede estar viviendo una mentira.
- Pero puede que solo sea un rumor. Estoy seguro de que no es verdad.
- Wyatt...
- Liv. - La interrumpí. - Willa, Wynter y yo, sentimos algo raro contigo. Algo que nos atrae a ti. Y de lejos se siente que eres muy dulce. No te mereces nada de esto. Pero... sé que sonará egoísta, me alegra que te pasará, porque, de otro modo, no nos hubiéramos conocido.
- Wyatt...
- No. Si vuelves a decir que eres un peligro, entonces me voy a molestar contigo. - La miré serio, y ella empezó a reír. - Así me gusta. Te ves mejor cuando sonríes.
- Es que... tenías que ver tu cara... - Ella seguía riendo, y yo la miraba confundido. - Me recordaste algo. - Dijo ya un poco más calmada.
- ¿Qué cosa?
- A un jigglypuff molesto. - Volvió a reír.
- ¿Un qué?
- Es de un programa para niños, se llama Pokémon. Jigglypuff era un Pokémon que cuando se enojaba inflaba sus mejillas. Aunque él era solo mejillas prácticamente. Es super tierno.
- Yo no soy tierno... - Ella levantó su mano y tocó mi cabello.
Al instante me relajé y me deje caer, un poco, sobre ella.
- Si lo eres. Y mucho.
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