Capítulo 18.

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Me ha quedado un poco flojo el capítulo, pero es lo único que podía hacer después de tanto tiempo sin actualizar. Realmente estaba inspirada, pero la escuela parece que me ha gastado esa manera de expresión que tengo.
Disfruten.

Melancolía recorría la triste realidad de ambos mundos. Lágrimas, similares a las perlas marinas más hermosas, paseaban por aquel rostro de porcelana. Su débil cuerpo apenas podía reaccionar ante aquellos gritos, al menos no de manera distinta. Lo observó sin expresión alguna, como si ya hubiera aceptado aquello. __________ esperaba la sentencia de muerte, y que sonase solo para ella. Hoodie ardía de rabia y furia. No era la chica de la que se había enamorado tiempo atrás. Los ojos castaños de ella, que hace tiempo desprendían una encantadora aura risueña, carecían de brillo. Parecía que __________ estaba más muerta que incluso él, y la única cosa que la mantenía viva eran los rápidos latidos de su corazón. Estaba muerta en vida.

——Te odio.—— Confesó la muchacha de mirada perdida.—— Y te voy a odiar tanto, que ese amor que sientes se quedará en nada comparado con mi rencor. Te odiaré tanto que superará mil veces esa obsesión, y solo existirá desprecio entre nosotros.Estás plantando una flor en un sueño que no se va a cumplir.

La cabeza de ella se giró con brusquedad a un lado a consecuencia del gran golpe que recibió en una de sus mejillas. Atónita, volvió a quedarse en silencio. Mordió su labio inferior con fuerza, reteniendo aquel fuerte sollozo.
Hoodie estaba harto, y dichas palabras lo enfurecieron. Frunció su ceño con fuerza, agarrando la cintura de ella para separar sus posaderas de aquel viejo y maloliente colchón. La lanzó contra la pared más cercana para desahogar aquella rabia que tanto le carcomía. Era una desagradecida, la trató tan bien...Y lo único que recibía era desprecio. Odio. Rencor. Rechazo. Su sangre enerva con gran poderío, si seguía viva era gracias a él ¿Así se lo agradecía? Incluso le concedió libertad por la habitación para que pudiera mover sus débiles piernas. Agarró los tobillos de ________ para arrastrarla alrededor del cuarto. La jovencita no ponía ni una pizca de resistencia, no tenía fuerzas. Su espalda ahora magullada, al ser lanzada contra la pared, provocó que se quedará sin respiración. El oxígeno se escapó de sus inútiles pulmones. Quizás eso era lo que más rabia le daba al de ojos oceánicos: Que ella no pelease por la poca vida que le quedaba.

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El amor parecía un juego fácil de jugar. Un juego maravilloso, donde podías perder o ganar la partida en cualquier momento. Donde las consecuencias no eran nefastas. Sin embargo, ahora necesitas un lugar donde esconderte. Aquella vengativa sombra le perseguía sin descanso, pero gracias a los árboles provocaba distracciones. No poseía una gran velocidad o unas fuertes piernas, era cuestión de tiempo de que ___________ fuera atrapada. En medio de aquella carrera, no podía evitar pensar en el ayer. Lo anhelaba con toda su alma, y solo deseaba poder volver a estar con su familia. Apesar de tener el frigorífico lleno de comida, se sentía una desgraciada. Pero, psicopatía y egoísmo se casaron y le pusieron fin. Quizás, su castigo era este. Quizás, todo esto es su culpa.

Sus piernas poco a poco fueron decayendo en cuanto a velocidad se refiere. No podía más. Le faltaba el aliento y llevaba muchos minutos corriendo. No estaba en la forma física como para cumplir aquella maratón. Al saber que la iban a encontrar tarde o temprano, decidió solo caminar con rapidez. Iría silenciosa, pues él también debía estar buscándola pero sin tanta desesperación en atraparla entre sus garras.
La castaña miró hacía atrás. Solo se observaban árboles y más árboles. Aquella casa de madera ,casi podrida, no estaba al alcance de sus ojos. Sabía que no era el final, y que volvería a estar de nuevo en aquel cuarto. Volvería a aquellos días donde tendría que hacer sus necesidades en una esquina de la habitación cuando no le permitían salir. Días donde tenía que volver a probar aquella desagradable carne que le pertenecía al encapuchado. Era lo único que no extrañaba del ayer ni del hoy, pero sabía que sería lo único de lo que nunca podría deshacerse. Ese recuerdo lo viviría todos los días al despertar. Se volvió su infierno personal.
Una brisa acarició su rostro, que recientemente había sido golpeado bruscamente por Hoodie. El varón se enfadó tanto, que se encargó de darle una paliza. Estaba irreconocible a consecuencia de la inflamación de mejillas, labios y uno de sus morados ojos. Sin embargo, eso era lo que menos le importaba. Estaba acostumbrada, prefería mil veces eso a que las manos de aquel chico le tocaran de una forma muy distinta, como si ella se tratase de un paraíso.
Las hojas se movieron con lentitud, y sus ojos se clavaron en una especie de formación rocosa, decorada con árboles de liana. Insegura, se acercó.

El viento nocturno se encargaba de formar la típica melodía entre hojas y lianas. Además, los búhos regalaron su diminuto canto solo para ella. No obstante, sus pies se pararon bruscamente al ver una presencia a pocos metros de ella. Era un muchacho, alto y delgado que carecía de prendas. Aquel varón miraba hipnotizado el cielo oscurecido. Parecía perdido, pero más perdida se encontraba ___________ al ver que los árboles que rodeaban al chico eran de otra especie muy distinta, al igual que la vegetación. A continuación, una mujer de cabello castaño apareció entre las sombras. Dicha fémina portaba una cara de preocupación, que se tornó a una de miedo al ver a _________.

——No, no, no. No puede ser ¡No puede ser! ¡AIDEN¡

Comenzó a gritar desesperada la mujer, tomando del brazo a aquel adolescente para arrastrarlo hacia ella. _________ no comprendía por qué no la ayudaban, si se supone que estaba en peligro ¿Eso haría una persona normal, verdad? Sin embargo, lo comprendió todo en solo unos segundos cuando giró su cuerpo sobre sus adoloridos tobillos.
La sonrisa del de ojos marinos estaba ahí, y desprendía una aberración tan gigantesca que era capaz de leer el odio en sus pupilas. Le estaba apuntando con un arma en el abdomen, posando dicho objeto en aquella zona corporal.

"CLICK" se escuchó. Su sangre se congeló. Su mente se nubló y surgió un nuevo tipo de silencio.

Ya con el dedo de Hoodie en el gatillo, solo se necesitaron dos segundos para que una gruesa bala traspasará el desnutrido cuerpo de __________.

Tres segundos para que sus ojos se cerrasen.

Y cuatro segundos para conocer una vez más el ayer.

Como romperle el corazón a un muerto. (Hoodie y tú) Where stories live. Discover now