Capítulo 19

1.3K 158 52
                                    

El baño de sangre había sido descubierto por la Guardia Civil del país. Tras tanto tiempo exhausto de búsqueda, el árbol que plantaron los padres con tantas lágrimas dio sus frutos. Frutos podridos que rebosaban egoísmo por doquier. Las cadenas televisivas no dudaron en aparecer en aquel pueblo. Aquello parecía una competición, apesar de que los presentadores juraban con su alma no hacerlo con malas intenciones. Es decir, su único objetivo era solamente entregar la exclusiva ¿Verdad? No. No se trataba de cuántas visitas podrían llegar a conseguir. No se trataba del más rápido, ni del primero en colgar la noticia. Al menos, para los presentadores. Los productores eran un mundo distinto, y por ende misterioso y oculto. No obstante, ese día no faltó compasión por aquella familia porque todos los grabaron. Y no, no los grabaron cinco minutos. Ni una hora. Siquiera estuvieron una tarde entera. Ese día, los llantos eran presenciados por toda España. Poco importaba la privacidad y mucho menos violarla. Que casualidad, ¿Cierto? Quiero decir, no solo la intimidad ha sido violada...Ya sabéis a que me refiero.
Aglomeraciones de gente se juntaron pidiendo justicia. Masas de adolescentes salieron a protestar por lo sucedido. Las cámaras de TV perseguían todo lo que se movía, lo que atrajo a más controversia porque personas ignorantes salieron a gritar en una misma guerra. Eso sería bueno, al fin y al cabo se han unido a una lucha, pero ¿Por la razón de que sienten esa rabia o solo para recibir ese momento de gloria por los focos? Sí, a eso me refería exactamente. Los focos. Quizá ella era un foco más. No, me equivoco. Un faro de inocencia y valentía. Aunque claro, era difícil verlo de esa manera por profesionales...En pocas palabras, la luz del faro carecía de edificio. Como la cabeza de ella carecía de cuerpo donde reposar. Un poco directo, pero nadie avisó nunca que así era la realidad. Ya sabes, una lotería mal pagada. Y mira que no habían identificado aún el cuerpo, pero aquella familia tenía más que claro que eran los ganadores de dicho premio...Me retracto, los perdedores. Porque perder a una hija no es ninguna suerte positiva, ni un premio, ni un regalo. Lo único que tienen en común la lotería y una vida, es que ambas son un número más que está en juego.

Existieron muchas teorías que rondaban el caso. Obviamente, ninguna profesional. Solo se trataban de rumores creados por los paranoicos de la zona. Especulaciones de las asustadas señoras de la tercera edad. Esa semana todo cristo se presentó en la misa del domingo. Podría ser literalmente, si Cristo no estuviera tan ocupado. Es mejor prevenir que curar ¿Verdad? Ese cuerpo podría ser perfectamente el de tu hija de siete años, que se encontraba a tu lado rezando por el alma de esa desafortunada...Y suplicando nunca pasar por dónde ella. Vivimos aún en un mundo donde existe el patriarcado. Así que, mientras a nosotras se nos diga como prevenir violaciones...Pues, los niños seguirán sin aprender que violar está mal. Sin embargo, ¿Por qué mi hijo violaría? Es un tierno cordero que no le haría daño a una mosca. Y tienes razón, es muy mono. Sin embargo, cuando te haces más grande aprendes que tu alrededor son algo más que apariencias...Y bueno, los padres de los asesinos nunca asesinaron. Ellos también eran corderos en su niñez. Y los violadores. Y los terroristas. Y los que te pegan en el colegio e incluso ese narcotraficante que tanto le gusta jugar a matar al enemigo en la vida real. He de recalcar que la mayoría de padres nunca enseñaron, y menos convirtieron, a sus hijos en esas fieras. Puede que haya sido la propia sociedad que crea estos monstruosos seres. A lo que quiero llegar, es que esa niña reza en no encontrar ese destino...Mientras que, un niño que también está rezando junto a ella, suplica no ser nunca el que decida el destino de una persona con una pistola o un cuchillo. Pensamientos diferentes, pero es algo relativo. Quizás es el niño el que pide no ser un cadáver en su adolescencia, y la niña no convertirse en lo que más teme. Sí, quizás es eso. Quizá nuestro destino es convertirnos en aquello que tanto jurabamos destruir. Quizá, por esa misma razón, aquel cuerpo femenino sin vida estaba rodeado de tantas teorías sobre ritos satánicos...Irónico, porque ella no creía en Satán, ni en Dios. Ni en la iglesia. Y mucho menos en la biblia. Patético, porque hasta después de su muerte se ve rodeada de tantos rumores que implican a la religión. Sí, esa religión que tanto odiaba. También esa religión que tanto deseaba que existiese para que, algún ángel, bajase para cuidar su alma y cuerpo. Quizá era demasiado tarde para admitir que Dios existía, y posiblemente esa haya sido la razón de por qué Dios le dio la espalda...O el por qué nunca la pudo escuchar. Ya sabes, esos gritos y llantos...Dios no podía hacer nada más que seguir castigando su ignorante alma y mandarla al castigo divino: El Limbo. Y es quizás, esa razón por la cual la dejaría enfrentandose a su mayor miedo...Solo de esa manera, podría encontrar la paz mental en el cielo después de tanto sufrimiento que la vida le otorgó.

Somos lotería. Nuestra vida es un boleto. El destino es el comprador. Las monedas que rascan el boleto para saber si has ganado o no...Son personas que se decidirán con el tiempo.
Es cuestión de suerte que te toque la lotería, ¿Verdad? Un número al azar difícil de conseguir. Hasta que lo consigues...Y descubres que, ese premio, es una puta mierda.

Ese día, __________ recibió el premio gordo. Más bien, el premio gordo lo recibieron las partes que quedaban de ella.

Como romperle el corazón a un muerto. (Hoodie y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora