Diecisiete.

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Las cosas habían cambiado un poco y las noches parecían haberse apagado.

Sentía que todos le mirarían como un loco si le contase a alguien lo que le estaba pasando. De alguna manera lo entendía.

Desbloqueo su teléfono buscando algo interesante en él, el aburrimiento lo estaba matando. Después de lo ocurrido tan solo recordaba haber salido corriendo asustado de sí mismo y haberse sentado en un banco de un parque infantil.

Entro a la sección de contactos buscando llamar a su madre para así poder disculparse, o intentarlo. Y por favor rogarle que viniera a buscarlo. Pero sus manos temblaron al ver que el único contacto que tenía era el de TaeHyung.

No recordaba haber borrado el número de nadie. Sacudió su cabeza pensando que tan solo estaba algo aturdido por el acontecimiento de hace unas horas, así que abrió su galería en busca de algo que recordar para aclarar sus ideas.

Pero las únicas fotos en su galería eran de TaeHyung. TaeHyung paseando. TaeHyung en una fiesta. TaeHyung comiendo. TaeHyung en la feria.

Pero la foto que más le sorprendió era la última. Era una foto de TaeHyung durmiendo, está parecía haber sido sacada desde la puerta de la habitación del ya mencionado.

Pero algo no encajaba, esa habitación no era la habitación en la que ellos dormían cuando estaban juntos. Y él no recordaba haber estado nunca en la nueva habitación de TaeHyung.

Trago saliva y salió de la galería para así entrar en su registro de llamadas. Esta estaba llena de llamadas pedidas que al parecer le había hecho a TaeHyung en diferentes días, horas. Y ninguna había  sido contestada.

Pero todo eso era imposible. Él no había llamado TaeHyung y mucho menos tantas veces y durante tanto tiempo.

Apago el teléfono y se levantó del banco en el que estaba sentado. Su cuerpo tembló al hacerlo, mierda tan solo había pasado unas horas desde que se había ido y se sentía como semanas

Suspiró cuando por fin estuvo delante de la puerta de su hogar. Se sentía cansado, tan solo quería irse a dormir.

Sus nudillos golpearon la madera de su puerta y dio unos pocos pasos hacía atrás para que la puerta no lo golpeara cuando esta se abriera.

Tal como llevaba esperando la puerta fue abierta por su madre, quien al verlo abrió sus ojos y se llevó la Palma de su mano hacía su boca cubriéndola, sorprendida. — ¿H-hijo...?

— Mamá lo siento yo por llegar tan tar-— El chico fue interrumpido cuando empezó a escuchar unos sollozos. Confundido alzó la cabeza para encontrarse a su madre llorando. ¿A qué venía eso? Solo habían pasado unas horas, no era para tanto.

— Oh dios pensé que no te volvería a ver, ya habían pasado casi dos semanas. — Su madre rodeó con sus brazos su cuello. No podía entender a que se refería su madre, después del incidente con Jimin en la fiesta no había vuelto a casa. — Pero por mucho que me alegre de verte e-eso es tan enfermizo hijo. Llevas semanas desaparecido ¿y encima te dedicas a acosar a TaeHyung? Nos ha contado que lo llamas continuamente y nos dijo siente que alguien entra en su casa en las noches mientras duerme. ¿Qué te está pasando hijo?

Sus ojos se agrandaron como nunca. No podía ser cierto, nada de lo que decía podía ser cierto. Su madre era una perra mentira. Tan solo otra que también pensaba en traicionarlo y dejarlo tirado.

Su madre se alejó de él limpiando las lágrimas que caían de sus ojos. Justo cuando la mujer parecía dispuesta a hablar otra vez los fuertes brazos de JungKook empujaron a la mujer frente a él. Haciendo que esta caiga en el frío piso golpeando su cabeza contra este.

Corrió lo más lejos que pudo de ahí. De nuevo. Últimamente lo único que hacía era correr, no se sentía tan mal. Corrió y corrió sin ningún rumbo.

Pero su cuerpo se paralizó por completo al ver a alguien parado justo a unos metros de él.

Era TaeHyung. Todo era TaeHyung.

Respiró profundo para calmar su respiración después de tal carrera luego del incidente con su madre. Camino calmado hacía TaeHyung, quien estaba mirándole fijamente.

Taesexual. Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora