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Estiró los brazos buscando el cuerpo de Santiago pero el lugar está vacío.

Se ha ido.

Hoy comenzaban las grabaciones de su nueva película y se desveló por mi culpa.

Me sentía culpable, mi esposo se quedó cuidándome toda lo noche, velando mi sueño. A eso me refería cuando decía que era una carga. El ahora no se podrá desempeñar por completo y todo por culpa mía.

– Señora, el desayuno esta listo–. Me dice Carmen abriendo  la puerta de mi habitación.

– Está bien, ahorita bajo, gracias Carmen– asiente y se va.

Me levanto lentamente de mi cama, camino hacia el closet para ponerme un suéter, pero mis piernas pierden fuerza  haciéndome perder el equilibrio. Como puedo me detengo de él tubo del closet y trato de estabilizarme. Unos minutos bastan para volver a caminar y me vuelvo a sentar en mi cama. Esto cada vez avanza más y más.

– Señora, como no bajaba decidí traerle el desayuno a la cama– me dice Carmen entrando  mi habitación con una bandeja de comida.

– Lo siento, pero me sentí un poco mal al levantarme, estaba a punto de llamarte.

– ¿Quiere que le llame al señor Santiago?–

– No, no, solo es porque no he comido nada, ya verás que ahorita que desayune se me pasará–

– Pero Señora, no la veo bien, tal vez y deba llamar a su esposo–

– ¡NO!, estoy bien, me siento bien– le digo lentamente y fingiendo estar segura. Aunque por dentro me siento muy débil.

– ¿Está segura?–

– Si Carmen, estoy bien–

– Bueno, entonces aquí está su desayuno si necesita algo me avisa inmediatamente, estaré limpiando el comedor.

– No te preocupes, ve Carmen–

Asiente y me deja sola en mi habitación. No tengo fuerzas ni para tomar la cuchara. Me tiembla el cuerpo y el pecho me duele. Sufrir cancer es doloroso, no se lo deseaba a nadie.
Quiero llamar a Santiago, pero no quiero interrumpirlo, ya había tenido suficiente con la noche pasada, no quiero darle más problemas. Lo necesitaba pero entendía que su trabajo estaba primero.  Tengo que  aprender a sobrellevarlo yo misma.

"No siempre estarán para ti"

(...)

Soporte dos horas más, pero después la enfermedad me venció. Ahora me encuentro internada en el hospital. Lo último que recuerdo es que iba hacia mi recámara pero las fuerzas se me fueron y cai al suelo, dándome un golpe en la cabeza. Carmen me escuchó quejarme y llamo a la ambulancia, eso es lo ultimo que recuerdo. Las tanta agujas que tenía insertadas dolían bastante pero me devolvían la energía que necesitaba.

– Señora, a despertado ¿Como se siente?– me dice Carmen.

– Estoy bien Carmen, no debiste traerme al hospital.–

– Pero me asuste mucho–

– Dime que no llámaste a Santiago–

– Lo siento Señora, pero el se encuentra camino hacia el hospital–

– No debiste haberlo llamado Carmen–

– Lo siento Señora...–

La puerta se abre y entra un muy agitado Santiago, me ve y rápidamente corre a abrazarme.

– Melissa, ¿Está bien amor?–

– Estoy bien– le doy una sonrisa– no tenías que haber venido– le acaricio la espalda.

– El director entendió y me dejo venir, solo por esta vez–

– Estoy bien, anda tienes que irte, no te preocupes por mi, Carmen se hará cargo de mi–

– ¡NO!, me quedaré contigo–

– Santiago, estoy bien– le miro a los ojos– confía en mi ¿Si?–

– ¿Estas segura?

– Completamente, anda vete–

– Está bien, pero si necesitas algo no dudes en llamarme–

– Todo estará bien–

Me abraza nuevamente y me da un beso de despedida.

– Te amo cariño, te veo en casa–

Asiento y lo veo irse tranquilo y feliz a su trabajo. Lo necesitaba conmigo pero siempre haría lo que fuera por el, siempre.


(...)

Espere a Santiago por horas, nunca llego. Por lo que decidí visitar a mi vecino. Salgo de casa y camino hacia la casa de Harry. Entro sin llamar a la puerta, el solo tiene un short y su torso está descubierto. El me ve y corre a abrazarme. Sus brazos toman mi cintura haciéndome cosquillas.

– ¡¡Harry!! Me haces cosquillas– me quejo, pero el sigue abrazándome y me guía hasta su sofá.

– ¿Porque no me avisaste que vendrías?–

– ¿Necesito una invitación para venir a verte?

– Claro que no pequeña, solo no quería que te esforzaras viniendo aquí, pude haber ido a tu casa–

–Preferí venir a verte– el asiente y se queda mirándome fijamente por unos segundos.

– ¿Que? ¿Tengo algo en la cara?–

– Por supuesto que no– saca su celular de su bolsó.

– ¿Que harás?–

– No te muevas– me manda. Enfoca su celular en mi, y escuchó el sonido de una foto siendo tomada.

– ¡Hey! ¿Porque me tomas fotos?– le digo propinándole un golpe en su brazo.

– Es para subirla a mi cuenta de Instagram–

Niego y lo dejo hacerlo. Tarda unos minutos en postearla y le arrebató el celular. Comienzo a ver sus historias, pero una logra llamar mi atención. Una chica, está besando la mejilla de Santiago, el sonríe sin tratar de alejarla.

Pensé que Santiago estaba en su trabajo.













"No es enojo.
Es decepción y creo que eso es peor"

PAIN & LOVEWhere stories live. Discover now