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"La gente que desprende luz, no crea sombra"








Después de terminar de herirme a mis misma con las fotos decido salir. Debo despejarme por algún lado. Tomo mi bolso y salgo de casa. Camino por varios minutos o tal vez horas, me siento en un pequeño parque y saco el libro que tengo en el bolso.  Me encanta leer, es uno de mis pasatiempos favoritos. Ahora estaba leyendo "It ends with us" de Colleen Hoover. La mayoría de los libros de ella son muy buenos. Te dejan....

– ¡Hola!– escuchó a alguien decirme.

Volteo por todos lados para ver a la persona que me hablo. Sin éxito alguno, la misma voz comienza a llamarme. Miro hacia el árbol y veo a un niño.

– ¿Hola?– le digo confusa. Me acerco a él para preguntarle si esta perdido o algo así. No soy buena con los niños, nunca lo he sido.

– ¿Estas perdido?

El niño niega– Estoy esperando a Alex

–¿Alex es tu papá?

El niño ríe– No, el es él guitarra

–¿El guitarra?

– Si, ¿tú guitarreras?

– ¿Guitarrear? Si.....

El niño no me deja terminar porque me toma la mano y me lleva corriendo hacia un lugar.

– ¿Que sucede? ¿porque corremos?

El niño me ignora y se apresura a correr. Un minuto después llegamos a un parque al cual no conocía.

– Hey traje a la guitarrera- grita el niño emocionado.

Me lleva hacia dentro el kiosco y logro ver a varios niños sentados con algunos juguetes y libros en sus manos. Una guitarra yace en el suelo.

– Vamos, guitarrea– me dice el niño.

– No... Yo no toco la guitarra–

– Pero tú me dijiste que si– el niño pone un mohín. Y veo sus lagrimas a punto de salir.

– Está bien, está bien. No llores lo intentaré– el niño cambia la emoción en su rostro y comienza a dar brinquitos.

Me acerco hacia donde está la guitarra, la tomo entre mis brazos. Los niños aplauden animándome a empezar. Acaricio las cuerdas de la guitarra recordando las veces que yo tocaba. Los recuerdos llegan uno por uno a mi.

La vez que me fui a tocar con mi guitarra a una estación, o la vez en la que tocaba para los demás niños del orfanato. Comienzo a tocar, no tengo ninguna melodía en mente, por lo que comienzo a jugar con las cuerdas.

– ¿Te shabes la canción que dice yur hand in de ir– me pregunta una niña.

–Mmm– no le había entendió nada– no me la sé, pero puedo tocar algo más.

A mi mente viene una canción de One Direction, ese grupo me encantaba muchísimo, aún tengo esperanza de que vuelva. Comienzo a tocar, canto y llevo el ritmo. Los niños aplauden y dan saltos de felicidad. Tocar la guitarra nuevamente me había subido el ánimo muchísimo. Mi profesor tenía razón.

"Sin música la vida seria uña error"

Esa frase se me había tatuado en la cabeza. Ahora veo que él tenía mucha razón. Los niños bailan y cantan riéndose. Yo sigo alegre tocándoles la guitarra.

La canción termina y los niños corren a abrazarme, uno me lastima un poco pero lo dejo, no todos los días una bola de niños te abrazan.

– ¡Si guitarreas!– me dice el niño que me trajo hasta aquí.

Asiento– Si, yo "guitarreo" por cierto donde estas sus padres.

– Los niños son de un orfanato, yo estoy a cargo de ellos– escuchó a alguien decir.

Levanto la mirada para lograr visualizar a la persona que me a respondido. Un chico de más o menos unos 19 años, está frente a mi vistiendo una playera roja y un pantalón negro holgado. Se da cuenta de que lo miro fijamente por lo que arquea una ceja.

– Lo– sie–nto yo, solo el niño me guío hasta aqui. Será mejor que me vaya.

– Alexis he encontrado a una nueva guitarrera, ella puede tocar contigo– habla el mismo niño.

– ¡Les he dicho que no pueden hablar con extraños!

– Ella no es ninguna extraña, se llama.....– el niño le mira con nerviosismo– se llama mujer guitarra como la mujer maravilla.

Una pequeña carcajada se me sale sin querer, este niño era muy gracioso.

– Además tu te fuiste– le reprocha el niño.

Miro mi celular y tengo varios mensajes de Santiago. Me acerco al pequeñín quien por cierto desconozco el nombre.

– Lo siento pero debo irme, gracias por traerme aquí pequeñín.

– Me llamó Matthew– me extiende su pequeña mano.

– Melissa– el niño asiente y me alejo de ellos ignorando al otro chico. Escuchó los gritos de alguien pero los ignoro. Alguien toma de mi muñeca y me hace detener, tiro de ella logrando soltarme. Volteo a ver de quien se trata, es Alexis el chico del mal humor.

– ¡¿Que te sucede?!– le digo molesta.

– Lo siento yo-so-lo quiera disculparme por hablarte así, es que tuve problemas y... solo quería disculparme.

El chico frente a mi está sumamente avergonzado.

– No te preocupes, todo está bien– le digo tranquilizándolo.

– Tocas muy bien la guitarra, cuando gustes puedes venir con nosotros.

– No, yo no toco solo lo hice por el niño.

–¿No tocas la guitarra? Pero si lo hiciste fantástico.

– Gracias, claro que cuando pueda me pasaré a verlos.

– Alexis– me extiendo la mano.

– Melissa– le respondo.

– Espera, yo té conozco– se lleva la mano a la cabeza– claro eres la esposa de Santiago Gosling.

Asiento. – ¡Que locura! he conocido a la esposa de él famoso Santiago.

Mi celular suena interrumpiéndolo. Veo en la pantalla que es una llamada del susodicho.

– Lo siento, en verdad debo irme–

El asiente y se despide de mi. Me apresuro a caminar hacia mi casa. Ya esta oscuro, el tiempo se me pasó muy rápido.

Cuando llegó entro rápidamente a casa, todo ya está apagado así que subo a mi recámara. Veo Santiago y camino hacia él para abrazarlo.

– ¿Me puedes decir que significa esto?– me pregunta enseñándome una foto en donde salimos Alexis y yo sonriendo.

PAIN & LOVEWhere stories live. Discover now