49|

14.4K 611 87
                                    

Melissa.

Me arropo bien y coloco un gorrino de color blanco en mi cabeza. Me apresuro a cerrar las puerta de la entrada y dejó mi bolso en el sofá.

Una llamada desconocida entra a mi móvil y pienso varias veces si debo responder.

– ¿Bueno?

– Melissa. – es el.

Santiago.

¿Por que ahora?

Aún no puedo controlar mi ansiedad del todo, me bajo el cierre de la chaqueta un poco y abro la puerta para salir de aquí. Pero el decide volver a hablar.

– ¿Estas bien Meli? – me dice con esa voz que tanto amo.

– Si – logró responder.

– No estas bien.

– Estoy bien, solo es un ataque de pánico. – digo sincera.

Nos quedamos en silencio por varios minutos, hasta que después el comienza a hablar.

– Necesitamos hablar. – suelta sin más al otro lado de la línea.

– ¿Sobre que? Creo que estas confundido, tu y yo no tenemos nada de que hablar. – digo dispuesta a colgar.

– Por favor, dame una oportunidad para hablar contigo.

– Si no mal recuerdo tu dijiste que era una desconocida para ti, además de que me insultaste de una manera horrible. ¿Aún así quieres hablar con una prostituta? – digo con voz entrecortada.

– Yo no quise..– lo interrumpo.

– Lo dijiste Santiago, lo dijiste y no se cual es el punto de todo esto. Tu estas comprometido con alguien más, no se que quieres conmigo. – lloro sin poder retener las lagrimas.

– No llores Meli – dice – no quiero escucharte llorar y menos por mi. Solo necesito hablar contigo, por favor.

No lo hagas.

No eches a perder la poca estabilidad mental que tienes.

– ¿Que quieres? – digo lo más fría posible.

– ¿Donde estas?

– Eso no te importa.

– ¿Por que te fuiste tan lejos? Por que me dejaste?

– ¡¿Dejarte?!– rio–¡¿Ni si quiera estamos juntos?! ¡¿Soy una idiota sabes?! ¡Porque ya no debería ni si quiera dirigirte la palabra! ¡¿No se que es lo que planeas pero yo no quiero estar involucrada!– le digo con mis nervios al tope. Mientras que él se limita a escucharme y no decir nada, solo escucho su respiración por el móvil.

– Perdóname Melissa. – lo escuchó decir.

La horrible escena de él con Marina fluye en mi mente.

«El y Marina en una misma cama, expuestos, riéndose y burlándose de mi, él depositando besos él los hombros de ella  »

Eso es mucho para mi, yo no puedo recordarlo sin derramar una lágrima.

– Yo te pedí lo mismo– digo con voz entrecortada. – Perdí mi dignidad pidiendo que me perdonaras, hice todo lo posible para que arregláramos las cosas. Pero no fue suficiente para ti, he incluso te comprometiste con alguien más. Recuerdas como te imploré que me dejaras hablar, te rogué para que creyeras en mi. ¿Y que gane? Bueno gane una escena que nunca saldrá de mi mente, ¿sabes lo horrible que fue ver a la persona que más amas con alguien más? – me detengo un momento para tomar aire. – Recuerdas que me lanzaste la fotografía en la cara, me insultaste hasta no poder más. ¿Cómo fue que me llamaste? Ah si prostituta, me llamaste prostituta y me echaste de ese lugar sin arrepentimiento alguno. Esa noche perdí mi dignidad, ese día mi corazón desapareció. Sabias que con el tema de mis padres mi corazón estaba roto, pero con tu traición termino por desaparecer. ¿Ahora dime que harías tu? ¿Crees que mereces que te perdone?

– Lo siento, se que fui un imbécil. ¿Pero sabes que sentí yo al verte con alguien más? Quería matarlo en el momento que vi esa fotografía. Pensé que me habías traicionado con ese, y mi furia se desbordó. Además mi madre y Marina comenzaron a bombardearme y llenarme la cabeza de ideas que termine haciéndote todo eso. Perdóname Meli, te ruego que me perdones. Yo no sabía lo que hacía, la furia me cegaba, yo...– Lo interrumpo.

– ¿Crees que con una simple palabra te perdonaré? – niego – Tal vez después, tal vez y solo tal vez llegues a escuchar que te perdono. Mi mente y corazón no están bien, creo que al casarme tan pronto mis ánimos para vivir se esfumaron. Me arrepiento de haberme casado contigo – mis palabras le dolieron– porque en ese tiempo pude haber hecho otras cosas, no lo sé tal vez viajar por diferentes lugares, descubrir nuevas culturas y costumbres. – Mi teléfono suena y miro de reojo que es un mensaje de Harry. – Creo que me estoy saliendo del tema Santiago, tú ahora tienes una familia, me he enterado por los canales de televisión y revistas que están muy felices juntos. Recuerdas esa vez que me dijiste que si ya no sentíamos nada el uno por el otro nos lo dijéramos. Bueno tú me dijiste eso hace algunos meses, y lo acepte. Me fui, salí de tu vida. Ahora quiero que tu hagas lo mismo. Santiago – tomó un respiro – Ya no siento nada por ti. « No es cierto, te amo más que a nadie  » – Pero nuestra historia terminó hace mucho.  « Por su puesto que no, podemos arreglarlo  » – Tú estas casado con alguien más, y yo no puedo olvidar todo lo que me has hecho.  « Si tú estás conmigo, claro que puedo olvidarlo  » –Ahora necesito que me dejes ir.  «No me dejes ir, no te vayas, no me sueltes » – Sal de mi vida.  « No por favor, no te vayas  » –Por cierto ese mismo día que me botaste de tu vida, estuvieron a punto de abusar de mi. –  «Pero puedo superarlo contigo a mi lado » – termino de decir y cuelgo.

Es muy tarde para escuchar sus arrepentimientos.

Demasiado tarde.

PAIN & LOVEWhere stories live. Discover now