24|

9.7K 387 59
                                    

"Ella era una rosa, en manos de quien no pretendía quedársela"




Melissa.

Santiago no llego esta mañana, son casi las ocho de la noche y sigo esperándolo. Estoy muy preocupada por el, tanto que he decido salir a buscarlo por mi cuenta. Se que el doctor me dijo que nada de esfuerzos pero por mi esposo vale la pena arriesgarme.

Me abrigo tanto como puedo y camino hacia la salida. El aire frío pega en mi cara, froto mis manos y camino aunque solo basta dar unos pasos, cuando logro visualizar al auto de Santiago. Siento un gran alivio al verlo sano y salvo, incluso hasta tiene un brillo especial en los ojos.

– ¡Mi amor! – corro hacia él y lo abrazo. Intento besarlo pero al estar a punto de llegar a sus labios el me esquiva, y beso su mejilla.

« Recuerda que sigue molesto contigo »

¿Estas bien Melissa?– su pregunta me desconcierta de alguna forma.

– Si. Aunque tengo mucho sueño, estuve esperándote toda la noche pero... nunca llegaste. ¿Donde estabas? – le pregunto curiosa.

– Tuvimos filmaciones extras, los productores decidieron cambiar alguna escenas. Por lo cual tuvimos que quedarnos hasta noche. Pablo me dejo quedarme en su casa. Está mucho más cerca que está.

– Está bien, pero debiste haberme respondido. Estaba muy preocupada por ti Santi. – le digo entrando a nuestra habitación. – También quería disculparme contigo, se que a veces soy un poco inmadura. Te prometo que haré hasta lo imposible por respetar tu relación con Marina- su expresión cambia al mencionarle a la susodicha, ignoro su reacción- se que es como una hermana para ti. – me acerco a él y lo rodeó con mis brazos. Su calor me brinda tranquilidad de alguna forma.

– ¿Porque no dices nada? – le interrogó.

– Por nada Melissa – le sonrió y me acerco a besarlo, esta vez el no me esquiva. Pero siento que me responde forzadamente, como si no quisiera.

« ¿Aun seguirá molesto? »

Intento besarle nuevamente pero esta vez sucede algo que sorprende demasiado.

– Meli... Perdóname cariño. – Lo miro.

– ¿Porque? –

– Porque soy una idiota que no sabe valorarte, solo perdóname si. – me baja de encima suyo para encerrarse en el baño. ¿Que le sucede?







[...]

Escuchó unos suspiros al lado mío, siento como los dedos de Santiago juegan con mi cabello. Abro poco a poco los ojos tomándolo desprevenido.

–¿Que haces despierta?– me pregunta un poco triste.

– Sentí como acariciabas mi cabeza. – me acerco a él – ¿Estas bien mi amor?

Exhala– Si solo no puedo dormir– me mira– tu deberías dormir ya, no quiero que recaigas.

Asiento y me volteo esperando sentir el brazo de Santiago en mi cintura. Pero no sucede, y por primera vez él duerme dándome la espalda.







[...]

Santiago.

Soy un imbecil, un hijo de puta, cómo querían llamarme. No merezco una mujer como a Melissa. Se que hice mal, pero era imposible no caer en tentación. Sabia que Marina me traería problemas, y tengo que afrontarlos. Pero no se que hacer estoy muy confundido, las constantes peleas que tenía con Melissa, el enorme cansancio que sentía al quedarme velando su sueño. El sufrimiento que sentí al ver que Melissa no lograba recordarme. Las dudas de qué tal vez ella tenga un amante hicieron que cayera.

La única que me hizo compañía fue Marina.

La veo dormir tranquilamente, su pecho sube y baja. Mientras que yo aún no puedo conciliar el sueño, es la cuarta vez que le miento. No era capaz de mirarla a los ojos por la culpa que me carcomía. Incluso al sentir su tacto me repugnaba un poco. Y no por ella si no por mi.

No se que es lo que siento por ella, ¿Que debo de hacer?

« ¿Debería terminar con ella?  »

No, yo se que la quiero. Aunque ya no de la misma forma pero la quiero, ella es mi primer amor, y no desearía que empeorara su condición por mi culpa.

Los ojos comienzan a pesarme, hasta quedarme dormido, esta vez en mis pensamientos solo estaba Marina.

PAIN & LOVEWhere stories live. Discover now