27|

9.9K 440 25
                                    



"Eras la única persona que esperaba que no me fallara"





Omnisciente.

Las horas comenzaron a transcurrir, era casi de noche y no había rastro alguno de Santiago.

Melissa daba vuelta tras vuelta por el lugar, las dudas comenzaban a surgir en su pequeña cabeza.

«¿Y si lo olvido? »

No paraba de repetirse una y otra vez, sus ánimos caían a cada minuto que transcurría. Tomo asiento en la pequeña mesa ovalada que se encontraba frente a ella. Recostó su cabeza en la parte superior y poco a poco se fue quedando dormida.

Al pasar casi cuatro horas la joven se despertó de su corta siesta. Pues su móvil no paraba de sonar. Con mucho cuidado se levanto y camino hasta el, tenía varios mensajes, unos eran de ofertas pero había otro que llamo mucho su atencion ya que era anónimo.

– ¿Quieres saber donde estas tu esposo?
Número desconocido 12:36 AM

Decía aquel mensaje anónimo, Melissa no demoro en tener pensamientos negativos.

– Disculpa número equivocado.
Enviado 12:48 AM

Le respondió la joven tratando de calmar su ansiedad. Mordía su labio con preocupación, y bloqueó el celular.

A los diez segundos obtuvo respuesta.

– Por supuesto que no querida.
Ubicación.
Número desconocido 12:49 AM

Permitió que sus pensamientos negativos la controlaran y miles de escenas espantosas aparecieron en su mente.

« ¿Y si lo secuestraron? ¿Y si le pasó algo? »

No paraba de preguntarse a sí misma si debía ir o no. La curiosidad pudo más en ella logrado convencerla de ir hacia el lugar dicho. Tomo su abrigo de lana gris, y unos guantes para proteger sus manos.

Con mucho cuidado y sumo silencio salió de su casa sin que Carmen se diera cuenta. Hizo la parada a un taxi y le mostró la ubicación que tenía en el móvil.

No demoraron mucho en llegar al lugar destinado. La joven se quedó boquiabierta al ver el lujoso penthouse que se encontraba.

   « ¿Debería entrar? ¿Que tal si se equivocaron de persona? »

Tardo unos minutos en estar segura de entrar, ella pensó que el recepcionista la detendría pero no fue así. El hombre de pequeña estatura sólo la miro con una leve sonrisa y la dejo pasar.

Melissa se apresuro en encontrar el penthouse que coincidía con la ubicación que tenía. Minutos después exhausta llegó al lugar indicado. Sus dudas comenzaban a surgir nuevamente.

  « No Melissa, si ya estás aquí deberías entrar»

Se dijo a si mismo, con mucho nerviosismo empujó la puerta, dada la casualidad de que se encontraba abierta no tuvo ningún inconveniente en entrar.

Con miedo se adentró al lugar, visualizo una hermosa vista detrás de las ventanas que había del lado izquierdo. Una hermosa sala que consistía en varios sofás de color verde le hicieron suspirar, todo era hermoso.

Unos ruidos provenientes de una habitación la sacaron de su ensoñación. Tomo una pequeña estatua que se encontraba en el centro de mesa. Por si requería defenderse sin dudarlo lo haría.

A pasos lentos se dirijo a la habitación, conforme mas se acercan las voces se escuchaban más fuerte. La luz de aquella habitación le alumbró el pasillo.

Sin hacer mucho movimiento se dispuso a ver de quien se trataba, la estatua que había en la otra mano estaba más que lista para atacar.

Pero con lo que vio no era necesario ningún tipo de protección.

Sus ojos comenzaron a empañarse, las manos le temblaban. Su esposo se encontraba en aquella habitación, con otra mujer de nombre Marina.

Marina estaba montando a su esposo.

Melissa no soporto mas y dejo caer la estatua que tenía en las manos, logrando llamar la atención de su esposo y de Marina.

PAIN & LOVEWhere stories live. Discover now