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"Me dolió saber que no tenías tiempo para mi, pero si para otros."







Carmen entra jadeando por la puerta principal. Le ayudo a colocar las bolsas en la mesa, mientras que ella descansa un poco.

–¿Aún siguen muchos allá fuera?

– Si señora, incluso hasta llegaron más.

Niego– Intente llamarle a Santiago pero este colgó. Ni siquiera me dejo hablar.

– ¿Cree que le haya pasado algo al señor?

– No, pero me preocupa que aún no allá llegado, ya es muy tarde–

– No se preocupe señora, vendrá por ahí–

Asiento y camino hacia el sofá. Al no poder salir encontré otra forma de entretenerme. Me terminé varios libros.

Los gritos de los periodistas se escuchan alto fuera de mi casa, Carmen corre a sentarse a mi lado.

–¿Será el señor Santiago?

– Espero y sea el.

La puerta de se abre y entra Harry por ella.

–¿Y ahora qué pasa aquí? – dice jadeando Harry– ¡¿Que mierda hacen ese montón de periodistas allá fuera!?

– No lo sabemos, desde la mañana están aquí, y se niegan a irse.

– ¿Y tu, cómo estás Meli?

– Estoy bien Harry. ¿Donde estabas tú?  He estado llamándote pero no me respondes las llamadas.

– Tuve que regresar de emergencia a Oregon, al parecer él festival no se canceló y tuve que irme de inmediato. Lamentó no haberte avisado Meli– se acerca a mi y planta un beso en mi frente.

– ¿Donde esta Santiago, y porque no se a hecho cargo de esto?

– No lo se Harry, le llame hace un rato y me colgó. Estoy preocupada tal vez le ocurrió algo.

– No te preocupes por el Meli, ya verás que en unos minutos más llega y se deshace de esos reporteros. Ahora debemos dormir porque ya casi es media noche.

– ¿Te quedarás conmigo?

– ¿Quieres que me quede?– asiento. El me abraza y me guía hacia la recámara.

Harry prende la televisión y pone una película, pero de mi cabeza no puede salir Santiago. Estoy muy preocupada por el.

Sin darme cuenta me voy quedado dormida a lo largo de la película. Pasó un brazo por el abdomen de Harry y me quedó profundamente dormida.









(...)

Mi celular suena y con mucha flojera me levanto a contestar. Harry ya no está en la cama conmigo. Tal vez haya tenido que irse temprano. Respondo el teléfono sin saber de quien se trata.

-¿Si?

–¿Te desperté Meli?

– Si idiota, me despertaste.

– Lo siento pequeña, solo llame para saber si estabas bien. Tuve que salir temprano al trabajo. Le dejo encargado el desayuno a Carmen así que no bajes, ella te lo llevará a la cama.

– Gracias Harry, ¿Santiago se fue a la misma hora que tú?

– ¿Santigo? Meli el...el no llegó– me quedó helada por unos segundos– ya he llamado e informado a la policía haber si saben algo de él.

– No te preocupes Harry, intentaré llamarle a su celular. Te llamo después Bye.

Cuelgo y rápidamente llamo a Santiago pero me manda a buzón. ¿Y si le pasó algo? ¿Y si tuvo un accidente? Mi cerebro comienza a imaginar tantas cosas que me da pánico. Llamo a todos sus conocidos para preguntarles si no saben algo de él, comienzo con sus padres, luego con sus amigos pero ninguno sabe nada. Llamo a la policía pero estos me dicen que hasta después de setenta y dos horas pueden iniciar una búsqueda. No me queda más que tomar cartas en el asunto y ir a buscarlo por mi cuenta. Se que es muy arriesgado para mi salud, pero no puedo estar así como si nada sin saber nada de mi esposo.

Cuando estoy lista miro por la ventana para ver si todavía hay reporteros fuera mi casa pero no hay ni un alma fuera por lo que me apresuro a bajar al comedor y avisarle a Carmen sobre mi salida.

Ella insiste en acompañarme, no quería llevarla pero le dije que si. Carmen tarda unos minutos en bajar, me entrega mi celular y nos apresuramos a llegar a la salida. No nos hizo falta abrir la puerta porque está se abrió sola. Santiago entra por ella y yo corro a abrazarlo. Una felicidad inmensa me invade que me hace llorar.

– ¡Santi, amor.... pensé que te había pasado algo. Estaba muy preocupada por ti!

– No llores Meli, ya estoy aquí– me dice acariciando mi rostro – no llores más. Todo está bien amor.

Levanto la mirada para verlo, tiene unas grandes ojeras, su ropa está muy sucia y vomitada. El toma de mi mentón y me besa.

– Mmm– se me había olvidado por completo que Carmen está con nosotros por lo que me separo. Volteo a verla pero la persona frente a mi no es Carmen si no Marina.

– Lamentó interrumpirlos pero– mira a mi esposo– Santi, se te olvidó el celular en mi auto.– camina hacia el y se lo entrega.

PAIN & LOVEWhere stories live. Discover now