Favores estúpidos

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Capitulo 4

-Tú no eres mi dueño, ¡TE ODIO!- replique entre diente, estaba furiosa. Su sonrisa se fue de golpe, Ahh que placentero es eso, el marcador: Will: 0 ____: 1.

-Si lo soy cariño, siempre lo seré- el brillo en sus ojos había desaparecido, ¡Oh soy tan feliz!

-Si no va a ordenar nada señor, mejor me retiro- ya estaba dándome la vuelta cuando siento que me agarra muy fuerte del brazo- ¡Will, suéltame!

-¿Se encuentra bien señorita?- una voz dulce pero a la vez grabe había hablado y cuando alce la vista me encontré con unos ojos de color del caramelo fundido en frente de mí, me veía con preocupación.

-¿Lo estoy Will?- pregunte seria mirando su mano sobre mi brazo. Me fulmino con la mirada y me soltó.

-Por supuesto, cariño- se dispuso a irse pero antes susurro a mi oído- Volveré por ti.

Sentí mi cuerpo estremecer, era una sensación de miedo y alivio. Los ojos caramelo me seguían viendo con preocupación. Hace mucho tiempo que nadie me miraba así y sentí que algo dentro de mí se removía. El hombre (que más bien era un chico como de mi edad o más grande) tenía parado frente a mí era alto y muy guapo, sus labios rosas y un cabello seximente desordenado, del mismo color de sus ojos.

-Hasta luego y... gracias- Salí disparada hacia la cocina sin esperar que el chico me respondiera.

Espere buen rato y me puse a trabajar de nuevo. Pero mis pensamientos seguían en Will ¡¿Cómo diantres me había encontrado?! Había tomado muchas precauciones al venir aquí y de repente me lo encuentro en el lugar donde trabajo, no se veía sorprendido de verme... más bien complacido. Will siempre había sido así, impredecible.

-____ lleva este carrito de comida a la Suite Presidencial- dijo Matt entregándome un carrito lleno de platillos con una tapita de metal cubriéndolos. Asentí y seguí en mi ensoñación.

Era mucha comida ¿Quién podría comer tanto? De seguro estaba una familia completa en la suite presidencial, porque era suite era muy grande. A veces me gustaba imaginar la vida de los huéspedes con problemas diferentes a los míos. Me gusta ver a las familias grandes que cada año nos visitaban para festejar navidad. Pensar en las familiar me hacía pensar en mi padre constantemente ¿Seguiría vivo? Por su bien y mi bien, espero que no. Y mi madre ¿ya se habría olvidado de mí? Con su fabuloso esposo el Doctor Kingston. Ella nunca me había ido a buscar a la casa de mi padre después de haberse ido, eso me dolía. Cada Navidad esperaba que ella llegara con los brazos abiertos y me envolviera en uno de esos abrazos calurosos tan característicosde ella, aun podía oler su perfume, la extrañaba... pero ella a mí no. No me di cuenta ni como llegue hasta la última planta, me pare enfrente de la suite (que llenaba toda la planta alta) y toque la puerta.

-Servicio a la habitación- dije en tono monótono. Espere a que abrieran la puerta, volví a tocar una segunda vez, y una tercera !Hasta una cuarta y no habrían! Me disponía a irme y preguntar si no se habían equivocado de habitación cuando me abrieron la puerta. ¡Mierda! Era el mismo chico de ojos caramelo que me había prácticamente defendido de Will. Una toalla cubría su cintura y gotas de agua caian de su cabello, brazos y hombros. Estaba muy bueno el condenado y me miraba con una sonrisa juguetona. Yo y mi buena suerte.

-Servicio a la habitación- volvi a repetir, trate de no tartamudear. Solo había visto a otro hombre desnudo en mi vida y este no se comparaba a aquel.

-Lo siento si te hice esperar- seguía sonriendo, abrió la puerta aún más para dejarme pasar con todo y carrito. Camine hasta la pequeña sala que había y deje el carrito.

-Bien, ¿Desea algo más?- esta vez mi voz salió temblorosa, se estaba acercando mucho. Me llego su olor a canela con vainilla, sentí mis piernas temblar.

Vendida (Justin bieber & ___)TERMINADAWhere stories live. Discover now