Capitulo 10

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      Primeros auxilios

           Toledo

Hoy me levanté con un humor de perros, no quería levantarme, probablemente se debe a qué pasé la noche hablando y bebiendo con los serbios y Nairobi, Tokio probablemente estaba con Rio.

La resaca que tenía no era ni medio normal, así que me tomé una larga ducha relajando mí cuerpo ya que era como si un carro me hubiera pasado encima por no hablar del dolor de cabeza cuando llegue a la habitación vi el pequeño reloj que estaba en mí mesita de noche y maldeci, nuevamente llegaba tarde a la clase, así que tomé lo primero que encontré, unas botas altas y una sudadera gigante que me llegaba a los muslos, corrí tratando de no doblarme un pie en el camino.

Al llegar vi a todos reunidos en una mesa con Rio encima, estaban increíblemente tan atentos que no se dieron cuenta de mí presencia.

-Cava inferior, renal derecha, izquierda, mesentérica, pulmonar derecha e izquierda este es el corazón, cava ,sub clavia derecha e izquierda, braquial, humeral, yugular interna, yugular externa y en rojo las arterias mas importantes.- Dijo dejando el marcador azul para tomar el rojo, sonreí internamente ya que todo eso se lo había enseñado a él y a Andrés de la misma forma, pero en ese día era el mismo quien estaba en la mesa.

-A ver, para. Vamos a ver tu quieres que aprendamos medicina así, con dos rotuladores.

-Denver que son venas y arterias, no es medicina chico, tampoco es tan difícil. -En el momento en que hable todos se dieron vuelta a mirarme recibiendo una atención que no quería en ese momento, mientras me acercaba más hice una gesto con la mano al profesor para que siguiera hablando.

-Si alguno recibe un disparo no va a poder ir al hospital.-El profesor aveces no tiene paciencia, deje de ponerle atención al momento en que empezaron a cuchichear.

-Denver, te estamos pidiendo que aprendas a sacar una bala.-Por primera vez en mucho tiempo estoy de acuerdo con Berlín y asiento en su dirección dándole mí apoyo.

-A ver qué no es tan difícil cojes la pinza y sacas la bala sin joder nada más ya está.-Como te amo Nairobi y el positivismo que yo no tenía.

-Son joder nada más que una bala.-dice Denver decepcionado, como que la morena lo hubiera traicionando.

-Si a mí me pegan un tiro me llevais al hospital que quede claro.

-La respuesta es no.

-Hombre yo prefiero estar coja y libre que con una salud de hierro en una celda.-Bien dicho Tokio.

-Nadie saldrá.-joder profesor no levante la voz que me duele la cabeza.-cualquiera de vosotros es una posta y un hilo del que tirar así que si quieren renunciar, este es el momento de hacerlo.

-Joder callaos todos un puto mes ya y sigue Profesor.-Dije interrumpiendo al profesor y otra vez me miraron extrañados por mí actitud.- Jodeeeer, que pesados que son aveces.

-¿Va a durar mucho la charla? Que se me está quedando la pichilla como la de Helsinki.-Dice Rio para distraer la atención de mí, lo mire con una sonrisa agradeciéndole.

-Eh que dice de mí pichili.- Y ahí fue cuando todos estallamos en risa. Hasta que el amargado de Berlín nos hizo callar.

-Venga que se ponga otro. -Dijo el profesor mirandolos a todos.

-Yo opino que debería ser Queen por llegar tarde.-Miré a Nairobi sorprendida, maldita me las vas a pagar.-Que tampoco pasa nada ¿no?

Y todos los babosos empezaron a decir "no pasa nada" no tuve ni tiempo de responder ya que el profesor me ofreció su mano para ayudarme a subir a la mesa.

-No traigo ropa interior, espero no les moleste.-Dije provocando que todos empezaran a decir comentarios, el profesor me dio una incómoda mirada.-Que estoy de broma.-Al quitarme la sudadera un hermoso conjunto de satén de color burdeos con detalles trasparentes se hizo visible para todos, los cumplidos y silbidos no tardaron en aparecer.-Pero llevo pantalones, lo olvidé.- Reí para poner la sudadera en la parte de abajo de mí cuerpo. No pide evitar mirar a Berlín ya que el también lo estaba haciendo y sentirá la intensidad de su mirada, estaba gustoso de verme así, pero le molestaba que todos los otros presentes me vieran así.

-Que bonitos tatuajes.-Dice sorprendiéndonos, a todos ya que Berlín no era el tipo de gente que le gustarán los tatuajes, lo consideraba vulgar.

-Bonitos tatuajes, bonita, bonita ella.-Dijo Tokio haciendo que todos se rían y también complementaron el su comentario.

-Toma, sigue tu. -El profesor extendió el rotulador a Tokio, cuando empezó a dibujar me miró un par de veces de reojo viendo mis cicatrices, que estaban escondidas en tatuajes de pequeñas flores, pero de cerca es otra cosa, no le tome mucha importancia ya que seguía perturbada con la mirada de Berlín, no me quitó sus ojos de encima en ningún momento.

Al terminar la clase, Berlín se acercó a mí cuidadosamente.

-Es conjunto te queda perfecto, bueno a ti todo te queda bien.

-Enserio has venido a decirme babosadas, si es así pues ciao. -Me estaba llendo pero el tomo suavemente mí brazo, su tacto fue con tan poca fuerza, como si tuviera miedo de romperme.

-No e podido evitar ver las pequeñas flores que te has tatuado. ¿Estás bien?

Su pregunta me dejó aturdida, realmente parecía preocupado, pero ¿Realmente lo estaba? O era un truco para llevarme a la cama nuevamente y botarme como un pañuelo usado.

-¿Que haces Berlín? ¿Que quieres? Tus palabras son tan engañosas como las de la serpiente antigua, mostrando el bien, pero por dentro no eres más que mal. Las palabras tienen mucho poder, el poder de herir y el poder de curar esa herida, pero las tuyas... Las tuyas son con tan poco significado, que no tienes el poder de curar, solo de herir, así que déjame tranquila que ambos sabemos que no has cambiado nada.

Me fui rápidamente de ahí soltando una lágrima traicionera al recordar las marcas en mí cuerpo, esas marcas era el mapa de una parte muy dolorosa de mí vida, pero había logrado salir de eso y las flores que ahora adornaban esas cicatrices eran la prueba visible de ello.

𝒯𝒾  ℴ𝒹𝒾ℴ  ℯ  𝓉𝒾  𝒶𝓂ℴ   ~𝕭𝖊𝖗𝖑í𝖓~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora