𝕹𝖚𝖊𝖛𝖊

858 86 26
                                    

San se miró al espejo. Se veía lindo, muy lindo. ¿Pero, estaba haciendo lo correcto? ¿Ir a cenar con él? No lo sabía, pero era muy tarde. Wooyoung ya se encontraba abajo, esperándolo.

Hyun se quedaría con Yunho, Hyun se lo pasa bien con él.

El Omega suspiró para intentar tranquilizarse y se miró de nuevo. Llevaba puesta la ropa que le había comprado Wooyoung ese día, echaba de menos este tipo de ropa.

Salió de su cuarto para bajar las escaleras, en el piso de abajo se encontraba Wooyoung. Con su respectiva corona y un hermoso y carísimo traje negro. Aquel Wooyoung le recordaba al del pasado, del que se enamoró. Pero lamentablemente no podrían estar juntos, no de nuevo.

Wow. — Fue lo primero que soltó el Alfa al ver a San. Un millón de recuerdos le invadieron. Se veía tan lindo, tan hermoso. — Estas increíble.

— Gracias. — Dijo el Omega con una sonrisa. Aún había algo de rencor pero se llevaban bien.

Ambos salieron de la casa, dejando a su hijo dentro con sus cuidadores.

¿A dónde vamos? — Dijo subiendo a la carroza con él.

A palacio. — San se sorprendió. ¿A Palacio? ¿Irían allí?

Recuerda lo último que le dijo Wooyoung hace tres años: “Ya no te quiero. Y ni se te ocurra volver, no eres bienvenido”. Aquellas duras palabras se repetían una y otra vez en su cabeza. Lo había pasado tan mal.

Se había sentido un completo objeto, incluso un idiota. Había pasado tanto tiempo con Wooyoung, habían sido muy felices. Por eso le dolió tanto que de repente todo se hubiera acabado.

Ni siquiera se había imaginado volver a verlo, pero aquí están.

San pudo observar el enorme castillo desde lejos. Siempre admiraba lo grande y lujoso que era.

En menos de 10 minutos llegaron. Después de asegurarse de que era el rey y su acompañado, el general Jongho les dejó pasar. Le sonrió al Omega, hacía años que no lo veía y la última Jongho era casi un niño, ni si quiera había llegado a caballero y ahora es general.

Ambos se dirigieron a la enorme terraza que poseía el edificio. Lo bueno era que no necesitaba guía, San conoce ese castillo de arriba a abajo.

San estaba algo sorprendido. La terraza se veía muy bonita y era extraño viniendo de Wooyoung, él nunca era tan detallista. Había recordado que San odiaba la suciedad.

La terraza estaba iluminada con farolillos y velas, y bastantes flores.

¿Quieres hacerte el romántico? — Preguntó San mientras se sentaba en la mesa, con la comida ya servida.

El Alfa con una ligera sonrisa se sentó también, justo en frente de él. — Unos detalles no harán nada malo. — Respondió bebiendo de su copa de vino.

La velada era tranquila. Hablaban de todo un poco.

San disfrutó de su cena, reconocía esos sabores y aromas. Como echó de menos la comida de Seokjin.

Wooyoung he estado pensando un poco. — Dijo mientras dejaba su copa en la mesa. Ambos tenían un pequeño sonrojo en la cara, efecto del alcohol.

Dime. — Wooyoung no tardó en servir más vino a ambos, a este paso ni sabrían lo que era respirar.

He pensado que podríamos decirle a Hyun que eres su padre. — De la sorpresa al Alfa se le cayó la botella al suelo.

No puedo San...

¿Por qué no? Os lleváis bien, sé que le quieres mucho y él... Él necesita un padre Wooyoung. — El Alfa suspiró negando con la cabeza. No, no podía ser padre. Menos ahora.

No puedo Sannie, de verdad que no... Ya le he fallado aunque no lo sepa. Soy su amigo, no voy a aparecer diciendo que soy su padre así de repente. Apenas soy capaz de cuidar de mí mismo, no puedo cuidar de un niño.

— Claro que puedes, ¿qué hiciste entonces durante este tiempo? Le cuidaste.

— San, basta. — Dijo ya más serio. Conocía al Omega, e iba a insistir. — Simplemente no puedo, menos en este momento.

— ¿Por qué?

— Cosas de la realeza.

— Me estás diciendo... ¿Qué te importa más tu puto trono que la felicidad de tú hijo?

— No es eso.

— ¡Pues lo parece! ¿Para qué me invitaste a cenar? — Preguntó, completamente enfadado. Tenía que controlarse, tiene muy poco aguante con el alcohol y notaba el mareo. — No tendría que haber venido.

— San, deja que te explique las cosas.

— No me vas a explicar nada. Me voy. — San se levantó de su asiento, dispuesto a irse a casa.

Hacía eses al caminar, ya ni era consciente de donde estaba. Lo único que recuerda es haberse caído al suelo.

La cabeza le daba vueltas y tenía un dolor agudo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La cabeza le daba vueltas y tenía un dolor agudo. Sentía muchas ganas de echar toda la cena de anoche.

Las sábanas suaves eran reconfortantes. Era extraño, sus sábanas no son tan suaves ni calientes.

Con dificultad por el dolor de cabeza abrió los ojos, encontrándose con un techo de color blanco y decoraciones doradas. Reconocería esa habitación a kilómetros.

Ignorando el dolor que sentía se sentó rápidamente. Lo sabía, estaba en el palacio.

Miró a su alrededor. Su ropa estaba tirada por el suelo junto a la de Wooyoung.

Suspiró cansado, hasta que se dio cuenta. ¿Su ropa con la de Wooyoung?

Miró su cuerpo, desnudo. Y a su lado, Wooyoung desnudo también.

Quería pegarle y pegarse a sí mismo. ¿Qué había hecho?

¡Wooyoung despierta! — Gritó pegándole con la almohada. Por el susto, el Alfa se despertó. — ¡¿Se puede saber qué hicimos?!

— N-No... No lo sé. — Dijo con completa sinceridad. Solo recuerda haber discutido con el Omega. — Y-Yo... Lo siento San...

— Me voy a casa. — Dijo levantándose y vistiéndose delante de él, total lo había visto innumerables veces.

Deja que te lleve. — Wooyoung se levantó dispuesto a vestirse pero el Omega se lo impidió.

No. Me voy solo. — Dijo marchándose.

Wooyoung se odiaba, ojalá pudiera haber evitado lo que ha pasado.

放棄ABANDONO ⟨Woosan⟩Where stories live. Discover now