Capítulo 2;; Intrusa

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— ¡Buenos días!

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— ¡Buenos días!

Yeji apenas entraba a la cocina para prepararse un pan tostado y mermelada con intenciones de volver a su habitación y seguir durmiendo lo que resta del domingo, pero al encontrarse a la maniquí, o más bien a su mamá por esa navidad, con un mandil alrededor de su cintura y una sonrisa radiante casi la hace caerse para atrás.

Se detuvo para admirar la mesa de la cocina repleta de platillos fabulosos.

— ¿Qué es todo eso?

— Comida.

La sonrisa de la mujer le hizo querer devolvérsela, se sentía bien con esas atenciones y entonces pensó que debía aprovecharla mientras la tenía.

Le sonrió de vuelta y fue a sentarse realmente hambrienta pero entonces una duda surgió.

— ¿Y dónde estaba todo esto?

— Aquí, sólo que faltaron muchas cosas. Tenemos que ir de compras.

Aquella frase casi la hace suspirar, siempre había querido hacer eso.

Pov ChaeYoung:

Estaba lista para ir al trabajo, eran las 7:05 AM y con media hora de camino seguro llegaría puntual si no había contratiempos.

Vestida formal bajó por las escaleras, pero su velocidad disminuyó cuando con el olfato pudo identificar el olor de comida recién hecha y sí que olía bien.

Entonces recordó a la mujer de ayer y cambió de dirección para ir a la cocina donde su hija y la empleada comían muy alegremente. Su pequeña reía, estaba hermosa sonriendo y ni hablar de la nueva empleada, eran un par que harían a cualquiera distraerse.

— ¿Cocinaste Nayeon?

— ¡Sí! Y soy muy buena haciéndolo ¿quieres probar?

Quería probar, casi siempre pasaba por una cafetería cercana a la empresa y compraba un café sin azúcar para desayuno pero esta vez cambió el rumbo de lo habitual.

Se sentó frente a su hija que después de dirigirle la mirada cambió su expresión a una más seria.

Eso no fue agradable.

La alegre niñera le sirvió con una dulce sonrisa que le hizo sentir un poco incómoda, o quizás...¿nerviosa? no estaba segura de que era lo que le transmitía.

Probó con una cuchara y sus ojos se abrieron como platos, tuvo que probar un par de veces para asegurarse y en verdad era exquisito.

— ¿Estudiaste cocina?

— No, pero es un don que me dió la magia.

Su hija levantó la mirada a la empleada y notó cómo estaba algo incómoda.

❝ Una mami para navidad ❞ || NaChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora