40 • 𝙰́𝚗𝚐𝚎𝚕 𝚢 𝚍𝚎𝚖𝚘𝚗𝚒𝚘

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Narración en tercera persona.



Imagínense un martes por la noche, a una hora considerada -prácticamente- elevada ya que no es un momento en el que las personas aún se mantengan activas al rededor de la ciudad.

Donde puede que la cama de uno mismo sea el refugio localizado para nuestro cuerpo luego de un día ajetreado, o quizás el ver una película después de encontrar una cómoda postura a lo largo del sillón de la sala, tan calentitos y satisfechos con su actividad que lo que hagan los de afuera les resulta tanto de importancia como un comino.

Y es probablemente que aquella ideología o ejecución había transcurrido por la cabeza de Amelie antes de que el sonido de su timbre, tan desesperado y necesitado, sonara en las paredes de su silencioso departamento ya que difícilmente, intentaba consolar el sueño entre sus cobijas.

Podía haber esperado de todo.

Un error de entrega de helado de vainilla -casualmente su antojo siendo considerado en los últimos días-, los bomberos en busca de su persona para desalojar el edificio ante una amenaza de incendio, correo tardío por parte de su madre, o la misma dona que Jungkook le había ofrecido pero que "cortésmente" rechazó, ¿quién sabe?

Sin embargo, todos y cada uno de aquellos pensamientos, se difuminan en su nube de ensoñación en cuanto abre la puerta sin siquiera observar por el pestillo. Reteniendo un jadeo al observar la figura que tenía en frente con sumo cuidado de que no sea parte de su imaginación.

Pero sabía que era real, más real que las promesas dichas semanas atrás.

Sus ojos, en cuestión de segundos, son cubiertos por una oleada de agua salada que formaba una especie de cápsula al rededor de sus córneas.

Jamás podría haber imaginado que el que tocaba su timbre, con la ropa sucia, el cabello despeinado, y desgarradores moretones en su rostro junto con el labio partido, fuera Jimin.

Pero algo le decía que aquello no era lo que le dolía realmente al pelirosa, sino los sentimientos que podría tener alojados en el medio del pecho; la situación que lo conllevó a eso, las personas involucradas, las palabras dichas ante el odio acumulado. Sus ojos brillaban, esperanzados porque la castaña le diera un abrazo a pesar del suplicio físico, cosa que ella de inmediato correspondió aunque no hubiera un pedido verbal en ello.
Rodeando sus brazos en la cintura del contrario y apoyando levemente su cabeza contra el pecho; siendo su oído derecho testigo de la respiración errática que emergía en Jimin.

Ambos sollozaban en el marco de la puerta, sin importarles que algún vecino saliera a verificar qué era lo que sucedía. El pelirosa gravitó su mentón en el cuero cabelludo de Amelie, aspirando el dulce aroma que solía utilizar la menor, sintiéndose por fin en casa a pesar de que momentos atrás estaba rodeado por la misma sangre de su apellido.

Hipotéticamente, su propia hermana lo había echado de su vida a causa de defender a su marido, sin siquiera dejarlo explicar o darle un merecido juicio por la acusación. Y sus padres... mejor no hablar de ello.

Minutos fueron los que transcurrieron, en que ingresaron a la sala para proceder a curar lo que por lo menos tenía a su alcance, los hematomas, se irían con el tiempo aplicando una crema básica de hidratación sobre ellos. Pero su labio inferior, estando inflamado y perdiendo apenas un hilo fino de sangre por su comisura, necesitaba ser cerrado con anticipación antes de que ocurriera alguna infección.

Sólo el kit de primeros auxilios era quien los separaba en el cómodo sillón, ella manteniendo la concentración absoluta en aplicar la cantidad justa de alcohol etílico sobre el algodón, y él, yaciendo su mirada en las mejillas sonrojadas de la contraria por el llanto que con anterioridad, su hombro fue capaz de calmar. El cabello pareciendo más claro ante la luz que ingresaba por la ventana, y sus labios esponjosos y coloreados por un rosa pálido que de vez en cuando eran remojados gustosamente por una lengua traviesa que quería descubrir la situación del ambiente.

𝐁𝐀𝐃 𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 | 𝐉𝐉𝐊 Место, где живут истории. Откройте их для себя