𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆

II.VII. Interrogatorio.

VII

—¿entonces lo encontraste en tu cama?, ¿así nada más?— pregunto Cole a su hermana viendo la pequeña caja de regalo enfrente de ellos.

—si, entre al camarote y lo vi— respondió Carol tallándose los ojos. Acababan de regresar de comprar, llegaron unas siete horas después. Su plan de distraerlos por horas funcionó, y hasta les dio tiempo de bañarse. Ahora estaba realmente cansada.

—¿me repites que hiciste antes de encontrarlo?— pregunto Cole cruzándose de brazos.

—estuve con Klaus en la biblioteca. Terminando de leer un libro— respondió Carol otra vez.

—¿cuatro horas?, si ya lo habían empezado tardarían menos de dos— susurro Cole dudoso —¿no hicieron nada más?, porque Sunny los escuchó...—

—¡ese no es el maldito punto!— gritó Carol interrumpiéndolo. Suspiró con fuerza —lo importante es el regalo y quien lo mandó—

—no lo has abierto— respondió Cole. Ella rodó los ojos y lo abrió ligeramente. Cole lo cerró con fuerza —¡un dedo!, ¡un maldito dedo cortado con un anillo!—

—lo se, creo que es del hombre, ¿recuerdas que una ves los escuchamos discutir acerca de que si se casaban o no?— preguntó Carol tallándose de nuevo los ojos —debe ser su anillo—

—estas cansada— afirmó Cole olvidándose del regalo —los dejamos solos por siete horas...—

—deja de pensar en eso y concéntrate en lo importante— interrumpió Carol rodando los ojos por milésima vez en la media hora que llevaban hablando.

—¿estas segura de que el dedo es del hombre?— pregunto Cole dejando de lado el tema. Cosa que ella agradeció internamente.

—que si— respondió. Comenzó a buscar una libreta y un lápiz.

—¿porque le cortaría el dedo?, quiero decir, no había razón alguna— dijo Cole dando vueltas en el camarote.

—¿no había razón alguna?, ¿eres o te haces?— pregunto Carol girándose hacia el —¿jamás viste todo el abuso del hombre a ella?, la trataba muy mal cuando estaban solos, por eso su insistencia en mantenernos cerca— encontró lo que buscaba y comenzó a escribir.

—jamás lo note— susurro —¿les diremos sobre esto?— preguntó refiriéndose a los Baudelaire y demás tripulación.

—claro que no— respondió Carol mostrándole lo que escribió —debemos localizarlos— puso un dedo en su boca en señal de silencio.

Si dejaron el regalo en mi cama deben haber metido un micrófono también. Cuida lo que dices.

Cole asintió —y después regresamos a vivir con ellos— dijo. Carol asintió orgullosa.

—por ahora no hay que decir nada, y hay que deshacernos de este dedo— respondió Carol. Amarraron bien la caja y la sacaron por la ventana. Después se sentaron en una cama frente a frente.

—¿ahora si me dirás todo lo que hiciste?, porque yo ya tengo mis teorías— dijo Cole cruzándose de brazos. Ella estaba a punto de responder cuando Sunny entró corriendo y se metió debajo de la cama.