I. Despues de.

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I

Después de la muerte de Carol y Klaus, la policía, los bomberos y los paramédicos llegaron cinco minutos después. Curaron a todos sus heridas y dieron por muertos oficialmente a la pareja.

Los Baudelaire y Cole estaban devastados. Jamás pensaron que ellos harían tal estupidez. Simplemente no podían creer lo que acababa de pasar.

Cole entendió lo de los sueños rotos, jamás pudieron hacer su obra, su boda, su final feliz...

Pero no todo era malo. Como si hubiera sido un último milagro el bebé que traía Carol en su vientre aún seguía vivo. Inexplicable para los doctores.

Dijeron que podían probar algo, sacarlo y cuidarlo los siete meses que faltaban. Parecía completamente imposible, pero aún así lo intentaron por tan extraño caso.

El funeral fue muy triste para todos. Los actores se enteraron de eso y pospusieron la obra para dos meses después.

Decidieron enterrarlos juntos, como ellos hubieran querido, tomaron el anillo, para guardarlo en otro lugar. Ese día pareció eterno, y cuando llegaron a la casa todos se echaron a llorar —no puedo creer que ya no estén— murmuro Beatrice abrazándose de Violet.

—al menos están juntos— respondió Violet acariciando el cabello de la pequeña.

Pasarían meses para que pudieran entrar a la habitación de ambos. La habían cerrado con seguro por el bien de todos. Pero un día Sunny tuvo la iniciativa de probarse un vestido de Carol. Quien alguna vez le digo que todos sus vestidos los podía usar cuando quisiera.

Le pidió la llave a Violet. Y ella se la dio, todos juntos iban a entrar, sólo como apoyo emocional. Cuando entraron vieron todo desordenado. La cama destendida, la ropa de ambos estaba por todas partes, se notaba que habían escogido cuidadosamente su vestuario para esa noche. Su tocador era lo único intacto. Estaban los perfumes perfectamente acomodados al igual que los desodorantes. Carol no le gustaba maquillarse, por lo que solo había unos pocos labiales. A Klaus le gustaban las corbatas, por lo que había un par bien acomodadas en el tocador.

—vamos Sunny, escoge el vestido que quieras— murmuro Violet peinando su cabello ligeramente. Ya tenía seis meses de embarazo y al parecer eran mellizos.

Sunny vio todo con tristeza —no creo poder, jamás me quedarán sus vestidos— murmuro Sunny.

—Carol una vez me dijo que te regalaría sus vestidos cuando cumplieras trece— hablo Cole —y ya los cumpliste, reclama tu regalo—

Sunny miro todo el cuarto y noto algo en el closet. Se acercó y lo abrió. Miro hacia arriba notando unas tres o cuatro cajas de regalo. Cole, como el más alto las bajo.

Eran los regalos de cumpleaños de todos, unos últimos regalos —Klaus amaba tener todo ordenado y a tiempo, aunque exagerara con eso— murmuro Violet viendo los regalos. Tomó el de Sunny —creo que esto es tuyo—

Sunny lo vio. Había una nota —"sabemos cuánto amas los vestidos de Carol, así que ambos adaptamos uno para ti"— leyó. Rápidamente lo abrió y vio un lindo vestido completamente negro, con mangas de encaje y una larga falda lisa. Ella comenzó a llorar abrazando su regalo —gracias, gracias— Quigley se acercó a abrazarla. Ya que los demás no reaccionaban.

Guardaron los demás, para cuando sea su cumpleaños lo abrirían. Vieron sus pertenencias y tomaron algunas. Por ejemplo las corbatas de Klaus, sus zapatos también. Las botas de Carol etc. No venderían nada, todo se lo quedarían ellos.

Cole le había hecho caso a su hermana. Le prometió no deprimirse y eso hizo. Claro que si se sentía triste, pero no se permitió deprimirse. Violet también lo hizo, más que nada por la salud de sus bebés.

𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂|| 𝑲𝒍𝒂𝒖𝒔 𝑩𝒂𝒖𝒅𝒆𝒍𝒂𝒊𝒓𝒆 Where stories live. Discover now