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Ahora comprendía el por qué, aquel chico pecoso que lo observaba con tanta fascinación había sufrido las consecuencias.

¿Cómo es que había dejado pasar algo tan importante?

Tantas veces que se lo repitió a sí mismo, pero aún así ignoró ese pequeño detalle. Había una razón por la cuál Taehyung no debía ser visto, y justamente es por eso que ahora se encuentran en esta situación.

Jeongguk estaba enamorado de Taehyung.

Entonces, todas esas veces que Taehyung dejó que el peliblanco lo viera significó que continuó alimentando su pequeña ilusión, y provocó que se fuera haciendo cada vez más y más grande.

Pero... ¿Realmente fue todo esto un accidente?

Pues, el peligris tal vez se dejó llevar al principio porque Jeongguk era un niño muy adorable, y cuidar de él removía su corazón de una manera muy especial, pero no romántica.

Bueno, hasta ahora... Comienza a cuestionarse en qué momento permitió que aquello también le afectara a él.

-¿Entiendes por qué te digo esto, Taehyung? -Jeongguk habló nuevamente, pero esta vez en un susurro temiendo que sus palabras no hayan sido entendidas.

Taehyung seguía de pié sin reaccionar, sintió cómo si su corazón se hubiera detenido por un momento.

-Yo... Lo sé, entiendo. Jeongguk... lo lamento.

El menor temblaba, acababa de confesarle su amor a un chico que ni siquiera conocía bien, a un chico que venía nada más y nada menos que de la luna.

Vaya que sería distinto si Taehyung no tuviera que marcharse, pero en parte creía que lograba entender sus razones. Podía deducirlo, Jeongguk no es tonto, era pequeño pero se daba cuenta. Si Taehyung no quería ser visto era por algo.

- Siento el haberte metido en este lío. Tal vez... Tal vez no entienda muy bien pero Taehyung, yo sé que esto, es mí culpa.

Alzó su mano y acarició su cabello, Taehyung finalmente correspondió aquel abrazo, temeroso pero con la vaga idea de que con ese gesto el menor se detuviera y no se culpara más por ello.

-No es completamente tú culpa, porque yo no fui cuidadoso y permití que muchas cosas pasaran. Por favor deja de culparte Ggukie, no te dañes, no tienes por qué. Recuerda que aún estoy aquí y no permitiré que nada ni nadie en el mundo, incluso tu mismo, te cause cualquier clase de dolor.

El abrazo se volvió firme y cálido, Taehyung aún se sentía un poco consternado, y Jeongguk se aferraba a su ilusión.

Pero sabía que no tenían otra opción, debía marcharse, y hacer que ese chico de ojos brillantes se olvidara completamente de la existencia de aquel ser extraordinario.

Jeongguk tenía que borrar de su memoria hasta el último suspiro de Kim Taehyung.

moonchild 「taegguk」Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ