Confinado

359 64 75
                                    

Llevo una hora intentando salir de este lugar. No sé dónde estoy, ni tampoco recuerdo mi nombre. Todo está oscuro y mi espacio se ve limitado por lo que parece ser una prisión de cristal. De repente, escucho pasos que se aproximan hacia mí y un ligero escalofrío surca por mi espalda. 

¿Por qué tengo miedo?

Como si aquellas pisadas hubiesen presionado un interruptor en mi mente, empiezo a evocar imágenes que no tienen sentido alguno; veo luces, máquinas, agujas y hombres con trajes blancos diciéndome cosas ininteligibles. Pero tan solo duran un segundo, y después, esfumándose en mi subconsciente, desaparecen.

Siento dolor al recordar todo eso. También miedo, ansiedad, ira y cansancio. ¿Qué se supone que son esas memorias? ¿Y por qué ni siquiera puedo recordar mi nombre?

Los pasos se detienen y mi cerebro me dice que los hombres con batas blancas están parados frente a mí. No los puedo ver, pero sé que están ahí. Y aquello hace que mi cuerpo entre en estado de alerta; una agresividad incontrolable invade mi ser y empiezo a golpear el vidrio con fuerza al tiempo que propino sonidos guturales propios de un monstruo.

¿Qué me sucede? ¿Por qué siento como si una entidad demoníaca estuviera poseyéndome?

Las luces se encienden y mis ojos atisban lo que parecen ser dos científicos. ¿Esos eran los misteriosos hombres de blanco que veía en mis recuerdos? ¿Qué querían?

—Creo que está preparado —pronunció uno de ellos.

—Sí —dijo el otro, mientras acercaba hasta mi prisión lo que parecía ser un gran espejo.

Después de disponerlo frente a mí, pude ver mi reflejo, e imágenes de toda una existencia pasaron por mi mente como fotogramas que constituían la película de mi vida.

Lo recordé todo.

Mis dientes, antes blancos y radiantes, ahora de un color amarillo apagado. Mi cara lucía pálida y moribunda, y mis manos estaban completamente ensangrentadas. 

¿Qué mierda me había pasado?

—Eras un zombi —respondió uno de ellos, como si pudiera leer mi mente—. Hemos experimentado con los de tu clase para conseguir una cura, y tú eres el primero que no ha muerto en el intento.

Oneshots y MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora